Los balones para los chinos.

Estados Unidos propino una soberana paliza a la selección china, pero hubo un momento en el que los chinos eran los amos del cotarro. Fue antes de su inicio. Una ve que toda la parafernalia se preparó convenientemente (música, televisión, seguridad) los jugadores del pseudo-Dream Team salieron a la cancha. Gran ovación y saludo desde el centro del campo. Dos filas, y a empezar la rueda de calentamiento. Pero, ¿y los balones?. Al fondo, un par de chinos parecían sonreír. Habían salido antes, y se habían llevado todas las bolas a su medio campo. Después de arduas conversaciones (lo que se...

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Estados Unidos propino una soberana paliza a la selección china, pero hubo un momento en el que los chinos eran los amos del cotarro. Fue antes de su inicio. Una ve que toda la parafernalia se preparó convenientemente (música, televisión, seguridad) los jugadores del pseudo-Dream Team salieron a la cancha. Gran ovación y saludo desde el centro del campo. Dos filas, y a empezar la rueda de calentamiento. Pero, ¿y los balones?. Al fondo, un par de chinos parecían sonreír. Habían salido antes, y se habían llevado todas las bolas a su medio campo. Después de arduas conversaciones (lo que se da no se quita) convinieron compartir los balones. Luego van y les meten 135. Desde luego que no tienen corazón estos chicos de la hamburguesa y el perrito caliente.

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