Cartas al director

Vacaciones

Un año más llegan las deseadas vacaciones de verano, y con ellas los problemas de todos los años. Es la época propicia para descansar, tras un largo año de trabajo. Unos van a la playa; otros, a la montaña, y algunos a sus pueblos, y aquel cachorrito que nos regalaron en Navidad empieza a crearnos problemas: en el hotel no dejan entrar animales, y cualquier otra excusa es válida para los que realmente no aman a los animales para ver en éstos un impedimento a sus vacaciones. Ante esta situación, algunos acomodan sus planes a sus animales, otros les buscan un alojamiento adecuado, y los que mues...

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Un año más llegan las deseadas vacaciones de verano, y con ellas los problemas de todos los años. Es la época propicia para descansar, tras un largo año de trabajo. Unos van a la playa; otros, a la montaña, y algunos a sus pueblos, y aquel cachorrito que nos regalaron en Navidad empieza a crearnos problemas: en el hotel no dejan entrar animales, y cualquier otra excusa es válida para los que realmente no aman a los animales para ver en éstos un impedimento a sus vacaciones. Ante esta situación, algunos acomodan sus planes a sus animales, otros les buscan un alojamiento adecuado, y los que muestran la cara más sórdida del ser humano optan por abandonarlos a su suerte. Aquellos que se plantean que es un problema aquel animal que al principio les divertía tanto y que hacía tantas monadas, y que ahora al hacerse mayor se ha convertido en un estorbo, que recapaciten antes de abrir la puerta en cualquier carretera. Tener un perro implica una responsabilidad casi tan grande como la de tener un hijo: quienes no estén preparados para sobrellevarla no deberían tenerlos.A ver si conseguirnos entre todos un verano sin animales muertos en las carreteras o deambulando por las ciudades buscando a aquel amo que les abandonó. Y también un verano en que nuestras playas, pantanos y demás queden limpios y nuestros montes queden sin chamuscar. -

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