Juego limpio

EN LOS partidos políticos, como en otras corporaciones, los que no sirven para otra cosa suelen especializarse en insultar y patear. Estos días son fácilmente identificables porque el clima de escándalos favorece su protagonismo. La proximidad de las elecciones fomenta además una agresividad superior a la media. Pero esta vez, como la agresividad de partida es ya considerable, dirigentes que parecían templados se han lanzado a imitar a los especialistas en juego sucio.La campaña para las elecciones europeas ha comenzado dos semanas antes de la apertura oficial de la misma. Resulta de un cinism...

EN LOS partidos políticos, como en otras corporaciones, los que no sirven para otra cosa suelen especializarse en insultar y patear. Estos días son fácilmente identificables porque el clima de escándalos favorece su protagonismo. La proximidad de las elecciones fomenta además una agresividad superior a la media. Pero esta vez, como la agresividad de partida es ya considerable, dirigentes que parecían templados se han lanzado a imitar a los especialistas en juego sucio.La campaña para las elecciones europeas ha comenzado dos semanas antes de la apertura oficial de la misma. Resulta de un cinismo insuperable que los mismos partidos que promovieron y votaron la reducción de las campañas de tres a dos semanas, a fin de moderar los gastos de las mismas, la adelanten con el subterfugio de denominarla precampaña. Y ha comenzado bajo el signo de la descalificación mutua.

Aznar pretendió curarse en salud advirtiendo el domingo contra la "campana sucia" que sus rivales van a desatar contra el Partido Popular (PP): "Que no os preocupen los ataques y los insultos personales que vamos á recibir, porque nosotros estamos en la acción política para dar tranquilidad, confianza y seguridad a los ciudadanos", dijo. Pero su secretario general no tardó ni 24 horas en definir como el "rey de las cloacas" al vicepresidente Serra. Éste había afirmado la víspera que Aznar "no es digno de ser presidente del Gobierno", con el argumento de las descalificaciones que el otro había deslizado en el debate parlamentario del pasado miércoles. Así, todos se quejan de aquello que practican.

Anguita ha sido el único miembro de la oposición que ha expresado su incomodidad frente a quienes abuchearon e insultaron el viernes al presidente del Gobierno en un acto conmemorativo de la Guardia Civil. Los abucheadores eran apenas 150, pero un diario de la de recha saludaba el hecho con las siguientes palabras: "El pueblo de Madrid ovacionó al Rey y a la Guardia Civil y abucheó estruendosamente a Felipe González". Aznar aportaría tranquilidad y confianza si se desmarcara de estas actitudes de caverna.

Y Serra acallaría los ruidos que le acompañan estos días si renunciara a imitar a su antecesor en el afán de descalificación personal de sus rivales. Serra cometió un grave desliz el domingo. Hoy tendrá ocasión de rectificar en su comparecencia parlamentaria. La situación es demasiado complicada como para jugar con esto. El tono, las formas, deben impedir que las tensiones del juego político hagan irreversible una ruptura en el trato imprescindible para defender lo que son intereses comunes, intereses del Estado.