El coxis de Garmendia

La región sacro-coxígea es una de las más fastidiosas para los ciclistas. Si está lesionada es una zona particularmente dolorosa para alguien que, como un corredor, debe pasarse varias horas apoyado en un asiento poco envolvente. Y, aunque duela, no te da licencia para dejar de pedalear. Así lo sufre Aitor Garmendia. El joven del Banesto se dio una culada de espanto en la Vuelta a Aragón, hace un par de semanas. Desde entonces no pedalea tranquilo, pero sigue. "Claro que aguanto", dice Garmendia. "Lo que no sé es si podré trabajar a tope. A ver si me mejoro". El bravo Garmendia, además, sufrió...

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La región sacro-coxígea es una de las más fastidiosas para los ciclistas. Si está lesionada es una zona particularmente dolorosa para alguien que, como un corredor, debe pasarse varias horas apoyado en un asiento poco envolvente. Y, aunque duela, no te da licencia para dejar de pedalear. Así lo sufre Aitor Garmendia. El joven del Banesto se dio una culada de espanto en la Vuelta a Aragón, hace un par de semanas. Desde entonces no pedalea tranquilo, pero sigue. "Claro que aguanto", dice Garmendia. "Lo que no sé es si podré trabajar a tope. A ver si me mejoro". El bravo Garmendia, además, sufrió el jueves la rigidez de los comisarios. Fue penalizado con 10 segundos por aprovechar el avituallamiento para apalancarse. "Lo hacen todos", dice el ciclista guipuzcoano. "Y sólo me vieron a mí".

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