Eros Ramazzoti,

cantante italiano, viaja acompañado de un catador, entre las decenas de personas que forman el equipo de sus giras, para que pruebe, y apruebe o repruebe, los menús, el agua y hasta los refrescos que consumirá. Entre sus peticiones a los empresarios para los conciertos que realizará en Colombia, Ramazzoti ha exigido 22 habitaciones dobles, 15 sencillas, una suite presidencial, cinco de lujo, una límousine, tres automóviles de lujo, cuatro furgonetas, dos autobuses con aire acondicionado, tres platos diferentes para los almuerzos y las cenas, uno de ellos con pollo y otro vegetari...

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cantante italiano, viaja acompañado de un catador, entre las decenas de personas que forman el equipo de sus giras, para que pruebe, y apruebe o repruebe, los menús, el agua y hasta los refrescos que consumirá. Entre sus peticiones a los empresarios para los conciertos que realizará en Colombia, Ramazzoti ha exigido 22 habitaciones dobles, 15 sencillas, una suite presidencial, cinco de lujo, una límousine, tres automóviles de lujo, cuatro furgonetas, dos autobuses con aire acondicionado, tres platos diferentes para los almuerzos y las cenas, uno de ellos con pollo y otro vegetariano, y un verdadero equipo de traductores. En este sentido, requiere la presencia permanente de tres ruso-españoles, dos italo-españoles y tres anglo-españoles. Los organizadores de la pequeña gira por Colombia, que incluye conciertos en las ciudades de Medellín y Cali, intentan desesperadamente complacer al divo

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