Cientos de víctimas de robos buscan sus joyas en un 'tesoro' intervenido a dos traficantes de Pan Bendito

No es El Dorado. Pero los cinco kilos de oro en joyas intervenidos en enero de 1992 a dos traficantes de droga del barrio de Pan Bendito suponen un pequeño tesoro, expuesto durante esta semana en la comisaría de Carabanchel. Centenares de víctimas de robos de joyas han acudido para ver si recuperan sus alhajas. Sesenta han identificado algunas piezas como suyas, pero la mayoría de ellos deben demostrar todavía su propiedad.Entre el medio millar de piezas hay sortijas, cadenas, anillos, medallones, relojes, pulseras y pendientes. Cada joya recuperada por una víctima de una sustracción es...

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No es El Dorado. Pero los cinco kilos de oro en joyas intervenidos en enero de 1992 a dos traficantes de droga del barrio de Pan Bendito suponen un pequeño tesoro, expuesto durante esta semana en la comisaría de Carabanchel. Centenares de víctimas de robos de joyas han acudido para ver si recuperan sus alhajas. Sesenta han identificado algunas piezas como suyas, pero la mayoría de ellos deben demostrar todavía su propiedad.Entre el medio millar de piezas hay sortijas, cadenas, anillos, medallones, relojes, pulseras y pendientes. Cada joya recuperada por una víctima de una sustracción es una prueba que acusa a los camellos de receptación de objetos robados. La policía tiene fundados indicios de que estas joyas fueron sustraídas por toxicómanos que las entregaban a la pareja a cambio de heroína. Pero hay que probarlo.

Las personas que identifican una joya tienen que mostrar el texto de la denuncia presentada con la descripción de la pieza sustraída. El problema es que algunas las ha reconocido más de un denunciante y en otras faltan pruebas que avalen la pertenencia. La próxima semana tendrán que resolverse todas las dudas.

Las alhajas identificadas se entregarán en depósito a sus dueños hasta que el juez resuelva sobre ellas. Las que queden sin reconocer se devolverán al juzgado de la localidad toledana de Navalmoral de la Mata que instruye la causa.

Algunos visitantes se han ido con las manos vacías. Un jubilado que durante 30 años vivió en Pan Bendito acudió para ver si encontraba un solitario, dos sellos y una alianza que le robaron el 2 de noviembre de 1991 a punta de navaja. Miró y remiró todas las piezas. Pero no hubo suerte. Sus alhajas puede que estén en otras manos o quizá fundidas en grandes medallones. "Fueron cuatro jóvenes que viven en el barrio, a media tarde, en un jardín conocido como la Rosaleda", explica.

Una mujer joven tuvo mayor fortuna. En agosto de 1991 entraron a robar a su domicilio de la calle del Príncipe de Vergara. Se llevaron unas treinta piezas, con un valor total de unos dos o tres millones. El lunes pasado consiguió recuperar una cadena de cuello.

Todas estas joyas fueron intervenidas por la policía, en enero de 1992, en un chalé de la localidad cacereña de Talayuela de la Vera, propiedad de esta pareja de traficantes -ella conocida como La Aurora- que trapichean en unas chabolas de Pan Bendito conocidas como La Chuletera, junto a la calle de Villalpando. En el chalé sólo se encontraba el hombre. Se le intervinieron las joyas y 6,5 millones de pesetas en billetes de mil. Ambos tienen antecedentes por venta de droga.

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Hace tres años la misma comisaría mostró las alhajas intervenidas a otro traficante también conocido en este barrio de Carabanchel: el Tío José.

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