El primer juicio rápido celebrado en Madrid e tan veloz que acabó antes de empezar

El primer juicio rápido que se celebra en Madrid ha sido visto y no visto. Un exhibicionista al que la policía sorprendió mostrando sus genitales a unas escolares ha conocido su sentencia casi con la misma celeridad con que abría y cerraba su gabardina. Le llevaron detenido a la plaza de Castilla y ese mismo día, a la par que el juez le comunicaba la fecha del juicio -ayer, día 15-, el fiscal le pedía 60 días de cárcel. Y para evitarse el sofocón del juicio, el acusado aceptó los dos meses de prisión.Aunque formalmente no ha tenido que sentarse en el banquillo, el caso de este exhibicionista f...

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El primer juicio rápido que se celebra en Madrid ha sido visto y no visto. Un exhibicionista al que la policía sorprendió mostrando sus genitales a unas escolares ha conocido su sentencia casi con la misma celeridad con que abría y cerraba su gabardina. Le llevaron detenido a la plaza de Castilla y ese mismo día, a la par que el juez le comunicaba la fecha del juicio -ayer, día 15-, el fiscal le pedía 60 días de cárcel. Y para evitarse el sofocón del juicio, el acusado aceptó los dos meses de prisión.Aunque formalmente no ha tenido que sentarse en el banquillo, el caso de este exhibicionista fue un juicio, el primero que se tramita en Madrid por la vía rápida. Si no se hubiese tramitado así, probablemente habría tenido que esperar seis o siete meses antes de conocer el fallo judicial.

La finalidad del juicio rápido es juzgar en tiempo récord -no más de 30 días desde la detención- a quien cometa un delito flagrante (aquel en que su autor es sorprendido con las manos en la masa). Aparte del juicio contra el exhibicionista, el Juzgado de lo Penal número 1 (el primero de los 27 de Madrid que efectúa este tipo de vistas) había señalado para ayer otras 11 procesos similares. Todos por delitos menores: robo de coches o en automóviles, tráfico de drogas...

En la mayoría, los acusados no se presentaron. Tanta celeridad les asustó: "No están acostumbrados, y probablemente creen que la citación, en vez de para el juicio, era para meterles en la cárcel", explicaba el abogado de un joven a quien la policía sorprendió en un coche ajeno. El juez, José Manuel Fernández Prieto, no suspendió la vista: las pruebas eran muy claras.

Tampoco comparecieron los tres jóvenes acusados de intento de robo en una tienda de Lavapiés llamada José Luis, chaquetillas blancas.

El juez Fernández, entre juicio y juicio, elogió esta iniciativa, que llega a Madrid casi con dos años de retraso respecto a Sevilla y Barcelona.

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