Una parroquia instala un karaoke, para que los fieles sigan los salmos

Es el único karaoke de Madrid donde My way o Soy un truhán, soy un señor han sido desbancadas por Qué alegría cuando me dijeron... y Tú has venido a la orilla. En la parroquia de Santa Rita, en el barrio de Chamberí, los fieles nunca titubean a la hora de entonar los salmos litúrgicos. El milagro lo obra un sistema de retroproyección, que al igual que los karaokes refleja letras e imágenes, esta vez sacras, sobre una pantalla gigante situada a la izquierda del altar y visible desde todos los puntos del templo.

El primer karaoke confesional está especialmente pensado para aquellos...

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Es el único karaoke de Madrid donde My way o Soy un truhán, soy un señor han sido desbancadas por Qué alegría cuando me dijeron... y Tú has venido a la orilla. En la parroquia de Santa Rita, en el barrio de Chamberí, los fieles nunca titubean a la hora de entonar los salmos litúrgicos. El milagro lo obra un sistema de retroproyección, que al igual que los karaokes refleja letras e imágenes, esta vez sacras, sobre una pantalla gigante situada a la izquierda del altar y visible desde todos los puntos del templo.

El primer karaoke confesional está especialmente pensado para aquellos que a la hora de la verdad no recuerdan el texto completo del credo y se tienen que conformar con murmurarlo por lo bajinis. En esos momentos, el organista del templo acude presto al quite, pulsa desde el coro el mando a distancia por infrarrojos y el Creo en Dios Padre todopoderoso... comienza a discurrir por la pantalla.El éxito ha sido rotundo, los fieles de Santa Rita abarrotan el templo todos los domingos, día en que funciona el karaoke. "La gente se lanza más a cantar con este sistema, sobre todo en las misas de la mañana, cuando hay más gente, joven", comenta Jacinto, cuya voz sobresale entre la del resto de los fieles.

El entusiasmo que despierta es tal que, en los minutos anteriores al inicio de la misa, los pasajes más difíciles se proyectan en la pantalla para que los fieles vayan ejercitando sus cuerdas vocales.

"Bien empleado ayuda al culto, pero es peligroso abusar porque se corre el riesgo de convertir la misa en una sesión de diapositivas", explica el párroco de Santa Rita, José García Corcuera. La mayoría de los feligreses que acuden cada domingo a escuchar al padre Corcuera está de acuerdo con que ésta es la forma más práctica de animar a la gente a que cante. "Aquí la gente es poco dada a cantar durante el culto, pero en otros países el 40% de la celebración se hace con cánticos", recalca Jacinto.

Lo que en Madrid parece novedad es práctica extendida en el norte de España, de donde importaron la idea los frailes agustinos recoletos de Santa Rita. "Algunos de los nuestros proceden de Navarra, donde el proyector es muy popular", recuerda el padre Corcuera.

Misa en cinemascope

El padre Corcuera, párroco de Santa Rita, es el mayor entusiasta de su karaoke. Ha cambiado la iluminación del templo para que la pantalla gigante, de tres metros de ancho, sea visible desde todos los puntos de la parroquia. La mayoría de sus fieles se lo agradecen, aunque algún disidente se confiesa fuera de lugar: "Más que ir a misa, es como ir al cine".La filosofía es la misma que la de los karaokes japoneses, de moda en toda la ciudad: el improvisado cantante lee la letra en una pantalla mientras la música suena de fondo. Los agustinos de la calle de Gaztambide han recopilado en un catálogo entre 200 y 300 letras de salmos, canciones, ofertorios, cantos de paz y oraciones, amén de las correspondientes imágenes de pintura religiosa, naturaleza o edificantes escenas cotidianas.

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