GENTE

Beatriz Martín,

directora del Boletín Oficial del Estado, ha sentado un precedente insólito en el club de debate madrileño Siglo XXI. El pasado lunes compareció en este foro para hablar sobre la modernización de la Administración a través de las nuevas tecnologías. Pero este tema no parece ser que figure entre las preocupaciones del moderador del coloquio, Ramos Perera, famoso por su versatilidad y habilidades hipnóticas y mágicas en sus veladas con amigos. Perera tuvo la ocurrencia de pedir a su amigo el locutor Andrés Caparrós que se arrancara a cantar un dueto de coplas con su vecino d...

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directora del Boletín Oficial del Estado, ha sentado un precedente insólito en el club de debate madrileño Siglo XXI. El pasado lunes compareció en este foro para hablar sobre la modernización de la Administración a través de las nuevas tecnologías. Pero este tema no parece ser que figure entre las preocupaciones del moderador del coloquio, Ramos Perera, famoso por su versatilidad y habilidades hipnóticas y mágicas en sus veladas con amigos. Perera tuvo la ocurrencia de pedir a su amigo el locutor Andrés Caparrós que se arrancara a cantar un dueto de coplas con su vecino de mesa, el ex ministro riojano Javier Sáenz Cosculluela. Éste eludió el reto y brindó a Caparrós la exclusiva de lucir sus pulmones ante una audiencia sorprendida por lo inusual de semejante intervención. No le faltaron los aplausos, debido quizá a su brevedad. Metido el coloquio en semejantes extravagancias, la directora del BOE, a quien algunos llaman Boetriz, hizo un quite y devolvió el debate a su cauce original.Alabó el respaldo que le brindó su padrino en la Administración, el ex ministro Virgilo Zapatero, cuando le encargó la informatización del Ministerio de Relaciones con las Cortes y la Secretaría del Gobierno, pero acabó poniéndole en un brete al revelar que sus esfuerzos no lograron vencer la resistencia del propio ministro a asumir la tecnología informática. En ningún momento de su etapa al frente del departamento fue capaz de encender la pantalla del ordenador que le había colocado en su despacho. Zapatero replicó después que ese instrumento se ha convertido en su principal herramienta de trabajo desde que dejó el Gobierno para convertirse en profesor.-

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