FÚTBOL SEGUNDA DIVISIÓN

Regreso a 'deprelandia'

El Leganés no remata su recuperación

Cabizbajos, compungidos y abatidos. Así se retiraron los jugadores de Leganés tras perder ayer frente al Compostela. La escena recordó al principio de temporada. Septiembre, octubre y noviembre fueron meses nefastos para los aficionados del Leganés. No pudieron disfrutar con una victoria de su equipo en casa. El año 1994 comenzó muy bien para ellos. Dos victorias fuera del Municipal auguraban un futuro seguro en Segunda División. Ayer se repitió la película del principio de temporada.Un aficionado acuñó en aquella época un pesimista término para denominar al campo del Leganés. "¿Dónde vas", le...

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Cabizbajos, compungidos y abatidos. Así se retiraron los jugadores de Leganés tras perder ayer frente al Compostela. La escena recordó al principio de temporada. Septiembre, octubre y noviembre fueron meses nefastos para los aficionados del Leganés. No pudieron disfrutar con una victoria de su equipo en casa. El año 1994 comenzó muy bien para ellos. Dos victorias fuera del Municipal auguraban un futuro seguro en Segunda División. Ayer se repitió la película del principio de temporada.Un aficionado acuñó en aquella época un pesimista término para denominar al campo del Leganés. "¿Dónde vas", le preguntó un vecino. "Me voy a deprelandia", respondió el aficionado mientras se dirigía al estadio. El Municipal vuelve ahora a recuperar ese término.

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La reanimación del Leganés se frenó ayer bruscamente. Los cuatro positivos cosechados en los dos últimos partidos llenaron el Municipal de aficionados locales deseosos de presenciar el despegue definitivo de su equipo. El objetivo era confirmar la línea ascendente, pero el cuerpo del partido señalaba al pozo. Luis Ángel Duque, entrenador del Leganés, planteó el choque para el 0-0. El Compostela es uno de los conjuntos fuertes de la categoría, con serias posibilidades de conseguir el ascenso y continuador del auge del fútbol gallego representado por el Deportivo en Primera División. Un punto, por tanto, sería un excelente resultado para el Leganés con vistas a continuar la recuperación.

Pronto se hizo pedazos este planteamiento. No habían transcurrido ocho minutos de juego cuando el defensa gallego Goyo adelantó a su equipo. Duque ya se había quitado el abrigo y se retorcía en el banquillo, urdiendo otra estrategia. Ahora había que arriesgar.

El Compostela llevó el partido a su terreno. Cuenta el equipo gallego con hombres veteranos (Abadía, Lucas o Tocornal), a quienes, cuando un partido se pone arenoso, es muy complicado doblegar. Si a esto unimos el brusco cambio de táctica que tuvo que hacer Duque, es comprensible que la depremanía empezase a captar adeptos en las gradas del Municipal. La decisión de Duque fue sacar a un jugador escurridizo como Miguel Ángel para que penetrase por la banda derecha. El sacrificado era el lateral Juanma, por lo que Chuso tenía que dejar el centro del campo para defender. Este ajuste fue letal para el Leganés. Todo el trasiego discurrió cuando faltaban tres minutos para el descanso. Chuso aún estaba aguzando el oído para captar las indicaciones de Duque cuando se encontró en su área con un balón.

Chuso es un centrocampista con mucho futuro, un jugador que sabe tocar muy bien la pelota y que transporta todo el juego ofensivo de su equipo por su banda derecha. Pero en materia defensiva es un neófito. Duque andaba desgañitado, para transmitirle órdenes, y en esto le llegó el balón. "¿Lo saco jugado, o le pego un boleón?", se preguntaría. Andaba Chuso con esta duda cuando su pierna decidió obrar por su cuenta. El despeje resultó tan defectuoso que fue a parar a las piernas del nigeriano del Compostela, Ohen, quien aprovechó el regalo. Al vestuario con dos goles en contra. La solución de Duque para el segundo periodo fue sacar a otro jugador habilidoso (Peces) y colocar a Vivar en el centro del campo, como cerebro. Vivar, la figura del Lega esta temporada, naufragó ante la responsabilidad de llevar el balón controlado a sus compañeros. Vivi, como le llaman los aficionados, es un hombre con magia en las botas. Está por ver su capacidad como organizador del equipo, pero ayer no anduvo suelto y el juego de su equipo se taponó. El Compostela seguía con su juego opaco: pérdidas de tiempo, boleas descontroladas, marcajes pegajosos y faltas en el centro del campo.

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Ante semejante panorama, sólo un barullo podría dar algún gol al conjunto pepinero. El plan estaba claro: bombear balones al área gallega para provocar alguna falta o, en su defecto, un córner. El objetivo era colocar el balón lo más cerca posible de la portería de Iru. Con este raquítico planteamiento, el Lega obtuvo resultados de consideración: varios saques de esquina y un par de jugadas oscuras en las que se pidió penalti.

Mucha tensión

En los últimos 15 minutos la tensión rondó la grada, como casi siempre en este campo. El Leganés jugaba con cuatro puntas, pero sus achuchones procedían de jugadas a balón parado. El conjunto gallego se alió con el conservadurismo para aguantar.

El Leganés da un paso atrás. El próximo domingo viaja a Mallorca con la obligación de quitarse negativos. Dentro de 15 días, los aficionados esperan una victoria para abandonar la depresión.

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