Las recetas de José Antonio Camacho golearon al Madrid B

Camacho, como jugador, tenía una características muy definidas: garra, lucha, pundonor y constancia. Así, le fue estupendamente en el Real Madrid. Por ello, ahora, como entrenador del Español, en Segunda División, aplica la misma técnica. Es el brebaje del Gran Capitán, como le llamaban en el equipo blanco. Los jugadores del Español empiezan a asimilar las recetas camachistas, y así les va: viven en lo alto de la tabla y golean al ex equipo de su técnico.A Camacho le hubiese encantado saltar al terreno de juego el día de ayer. Llovía con fuerza, hacía frío, y el barro se acumulaba. Un p...

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Camacho, como jugador, tenía una características muy definidas: garra, lucha, pundonor y constancia. Así, le fue estupendamente en el Real Madrid. Por ello, ahora, como entrenador del Español, en Segunda División, aplica la misma técnica. Es el brebaje del Gran Capitán, como le llamaban en el equipo blanco. Los jugadores del Español empiezan a asimilar las recetas camachistas, y así les va: viven en lo alto de la tabla y golean al ex equipo de su técnico.A Camacho le hubiese encantado saltar al terreno de juego el día de ayer. Llovía con fuerza, hacía frío, y el barro se acumulaba. Un partido farragoso, donde más lucía Camacho. De esos en los que se retiraba con el calzón lleno de barro y alguna manchita de sangre en la camisola.

Los catalanes siguieron el buen ejemplo de su entrenador y salieron muy peleones. Esta lucha les llevó a un par de ocasiones claras. Después, el filial madridista tuvo minutos de inspiración. Dos testarazos de Jovicevic pudieron poner el punto y final, pero se perdieron en los guantes de Toni.

El Español volvió a coger el mando cuando sus jugadores comenzaron a luchar hasta el límite contra el barro que cubría la Ciudad Deportiva. Antes del descanso llegó una jugada clave: el defensa blanco Santamaría, que ya llevaba una cartulina, toca el balón con la mano, y el árbitro le muestra la segunda. Es una de esas jugadas absurdas que rompen a un equipo. Camacho hubiese corrido a capones a un jugador suyo en semejante trance. Como no ocurrió así, se aprovechó de la circunstancia y en el segundo periodo machacó al equipo que le vio nacer como jugador. Incluso permitió alguna exquisitez, como la del segundo tanto del Español. Se encontraba el Madrid buscando un desesperado empate cuando un contraataque veloz llevó a Torres Mestre a la portería blanca. Pase al centro y taconazo de Francisco. ¡Olé!, golazo del jugador más técnico del Español, la única excepción a un grupo de guerreros, como le gusta a Camacho.

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