Muere a tiros un hermano del ajusticiado en septiembre por la ley gitana

Félix Bruno Silva, de 32 años, murió con dos tiros en el cuerpo en la noche del 30 al 31 de diciembre. Unos desconocidos le dejaron en las urgencias del hospital Gregorio Marañón. Su hermana, que vive como él en el poblado de La Jungla, en Vicálvaro, no se explica la muerte de Félix, "a no ser", dice, "que se encontrase con los que mataron a Honorio".Honorio Bruno Silva, de 29 años, hermano, del muerto y de esta mujer, falleció el 1 de septiembre de 1-993 a manos de una veintena de hombres. No había respetado un destierro que impone la ley gitana y pagó con su vida por ello.

La mujer en...

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Félix Bruno Silva, de 32 años, murió con dos tiros en el cuerpo en la noche del 30 al 31 de diciembre. Unos desconocidos le dejaron en las urgencias del hospital Gregorio Marañón. Su hermana, que vive como él en el poblado de La Jungla, en Vicálvaro, no se explica la muerte de Félix, "a no ser", dice, "que se encontrase con los que mataron a Honorio".Honorio Bruno Silva, de 29 años, hermano, del muerto y de esta mujer, falleció el 1 de septiembre de 1-993 a manos de una veintena de hombres. No había respetado un destierro que impone la ley gitana y pagó con su vida por ello.

La mujer enlutada, que no quiere dar su nombre, tiene claro lo de Honorio, que dejó huérfanos a dos niños, y que volvió al poblado nueve días antes de que concluyese el mes de destierro que los gitanos mayores decretaron para él a causa de una pelea con sus futuros agresores el 10 de agosto.

Honorio, con 12 antecedentes por diversos delitos, volvió a por dinero a casa de sus parientes el 1 de septiembre, pero 17 hombres le esperaron con las escopetas preparadas y le fusilaron allí mismo. Días después, 12 miembros de una misma familia (los Vargas Suárez,conocidos como el clan de la Juliana y enfrentados con los Bruno Silva desde hace años) se entregaron a lajusticia.

"Nada de drogas, eso no", dice la mujer, tumbada en el sofá. Asegura que el dolor de cabeza la mata. "Sólo han podido ser los que mataron a Honorio y no viven aquí". El día 30 por la noche estaba la mujer en el servicio evangelista y le alertaron de que Félix, que vivía con ella en el poblado, estaba en el hospital. "El médico sólo nos dijo que tenía dos tiros y que alguien le llevó allí". "¿Y la policía"? "Ná, si no ha hecho ná y cuando lo de Honorio, tampoco".

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