Una visita no deseada

El portavoz de la comisión de Justicia e Interior del PSOE, el ex magistrado Ventura Pérez Mariño, se mostró ayer favorable a investigar el caso Elosúa "hasta donde sea necesario", promoviendo incluso una comisión rogatoria judicial que acuda a Italia, pero advirtió que "no tiene sentido que un juez que está instruyendo una causa en Italia venga a informar al Parlamento español".Izquierda Unida había solicitado que el Congreso invitase al juez Di Prieto para que informase de sus investigaciones. Los socialistas rechazaron de plano esta inciativa y el PP se mostró reticente por considerarla de ...

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El portavoz de la comisión de Justicia e Interior del PSOE, el ex magistrado Ventura Pérez Mariño, se mostró ayer favorable a investigar el caso Elosúa "hasta donde sea necesario", promoviendo incluso una comisión rogatoria judicial que acuda a Italia, pero advirtió que "no tiene sentido que un juez que está instruyendo una causa en Italia venga a informar al Parlamento español".Izquierda Unida había solicitado que el Congreso invitase al juez Di Prieto para que informase de sus investigaciones. Los socialistas rechazaron de plano esta inciativa y el PP se mostró reticente por considerarla de muy difícil encaje parlamentario. La demanda de IU se produjo después de que el diputado de esta formación Antonio Romero se entrevistase en Milán, por iniciativa propia, con Di Pietro. A su regreso a España, Romero dio a entender que había conseguido información comprometedora.

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Las principales operaciones realizadas por empresas italianas en España durante la pasada década fueron la compra de Antibióticos -la sociedad de Juan Abelló que gestionaba Marlo Conde-, por Montedison, y la de Elosila por Eridania Begliin-Say, también filial de Montedison, cuando ésta había pasado a manos de Ferruzzi.

La compra de Antibióticos fue obra de Mario Schimberni, presidente de Montedison antes de que ésta fuera conquistada por Raúl Gardini para los Ferruzzi. Giuseppe Garofano, el último presidente del grupo italiano antes de que se hicieran cargo de él los bancos acreedores, admitió ante el juez que Schimberni compró Antibióticos para hinchar los activos de Montedison a fin de defenderse del ataque de Gardini.

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