4x4

Leo el artículo de Arcadi España dedicado a los vehículos 4x4 y a quienes los conducimos. Afirma que somos, por lo general, personas prepotentes que utilizamos el coche como arma arrojadiza frente a los vehículos más débiles. Como en todos los aspectos de la vida, es necesario el matiz. En mi caso, hace nueve años salía de trabajar a altas horas de la madrugada y un compañero se ofreció a acercarme a mi domicilio, por lo demás, no-muy lejano. En una fracción de segundo pude advertir cómo por una calle lateral, sin repetar un stop, un deportivo rojo se dirigía a una gran velocidad hacia nosotro...

Leo el artículo de Arcadi España dedicado a los vehículos 4x4 y a quienes los conducimos. Afirma que somos, por lo general, personas prepotentes que utilizamos el coche como arma arrojadiza frente a los vehículos más débiles. Como en todos los aspectos de la vida, es necesario el matiz. En mi caso, hace nueve años salía de trabajar a altas horas de la madrugada y un compañero se ofreció a acercarme a mi domicilio, por lo demás, no-muy lejano. En una fracción de segundo pude advertir cómo por una calle lateral, sin repetar un stop, un deportivo rojo se dirigía a una gran velocidad hacia nosotros, impactando lateralmente. Resultado: siniestro total y hospitalización. Cuando tuve que comprar un coche por mi trabajo, lo hice, créanme, muy a desgana. Me decidí por el 4x4 precisamente por sus características de autodefensa. Odio que me pregunten acerca de si conduzco por caminos forestales o playas desiertas. Jamás lo haría. Creo suficiente que los coches se limiten a su medio natural: las carreteras. Por amor al deporte se cometen actos muy desaprensivos. Soy partidario de que se cierren pistas forestales y caminos de montaña a todo el tráfico de motor (coches y motos). Pero si alguien me dice que prescinda de mi coche 4x4 le diré que, hace unos, meses, cuando regresaba de mi trabajo nocturno, la historia que antes mencionaba prácticamente se repitió, sólo que esta vez en vez de acabar en el hospital pude hacer los papeles del seguro y dar gracias por estar elevado medio metro del segundo GTI rojo que el destino cruzó en mi camino-