Millones en juego

"Si corrieran Rominger e Induráin sería la Vuelta más emocionante de los últimos años", comenta Juan Fernández, director del equipo de Rominger, el Clas-Mapei. Sería la primera vez que se enfrentaran en España los dos hombres que han acaparado las últimas siete grandes rondas por etapas: cinco para el navarro -tres Tours y dos Giros- y dos para el suizo -las dos últimas Vueltas-Ni uno ni otro han dicho ni mu. Uno, Induráin, porque llegó anoche de sus vacaciones en Polinesia -hoy recibirá en Madrid, de manos del presidente de Francia, François Mitterrand, la Legión de Honor-. El otro, Rominger,...

"Si corrieran Rominger e Induráin sería la Vuelta más emocionante de los últimos años", comenta Juan Fernández, director del equipo de Rominger, el Clas-Mapei. Sería la primera vez que se enfrentaran en España los dos hombres que han acaparado las últimas siete grandes rondas por etapas: cinco para el navarro -tres Tours y dos Giros- y dos para el suizo -las dos últimas Vueltas-Ni uno ni otro han dicho ni mu. Uno, Induráin, porque llegó anoche de sus vacaciones en Polinesia -hoy recibirá en Madrid, de manos del presidente de Francia, François Mitterrand, la Legión de Honor-. El otro, Rominger, porque, aunque ha hablado, se ha contradicho en las declaraciones. En Italia ha dicho que esperará a que se decida el español para no coincidir con él antes del Tour; en España, que le gustaría repetir el calendario de 1993, que le fue muy bien -ganó la Vuelta y fue segundo en el Tour-.Sus respectivos directores, José Miguel Echávarri y Juan Fernández- han lanzado mensajes ambiguos, que si el tiempo de la Vuelta, que si Induráin está enamorado del Giro, que si la ronda italiana es ideal para Rominger... Y piden unas semanas para tomar la decisión. La Vuelta, que ha elevado su presupuesto hasta los 950 millones, espera con cierto desasosiego. Lo mismo que Televisión Española: si Induráin hiciera el Giro en lugar de la Vuelta por tercer año consecutivo -los derechos de la prueba italiana son de Tele 5- la cadena estatal no sólo perdería varios millones de espectadores sino que se los regalaría a una competidora. El año pasado, el Giro, con Induráin, dobló en audiencia a la Vuelta, sin el navarro.