La caducidad de las cintas de video

Con esta carta quiero alertar a los compradores de cintas de vídeo grabadas -películas, documentales, etcétera- sobre la vida limitada que tienen éstas. Es decir, que las cintas de vídeo tienen, como las medicinas, los alimentos y otros muchos productos, lo que se llama fecha de caducidad: transcurridos unos años, la imagen, grabada en soportes magnéticos, tiende primero a perder calidad, color... hasta llegar incluso a desaparecer.Las cadenas de televisión, por ejemplo, tienen todas un departamento de repicado, con lo que técnicamente van actualizando periódicamente vídeos grabados seis, ocho...

Con esta carta quiero alertar a los compradores de cintas de vídeo grabadas -películas, documentales, etcétera- sobre la vida limitada que tienen éstas. Es decir, que las cintas de vídeo tienen, como las medicinas, los alimentos y otros muchos productos, lo que se llama fecha de caducidad: transcurridos unos años, la imagen, grabada en soportes magnéticos, tiende primero a perder calidad, color... hasta llegar incluso a desaparecer.Las cadenas de televisión, por ejemplo, tienen todas un departamento de repicado, con lo que técnicamente van actualizando periódicamente vídeos grabados seis, ocho, diez años antes. Y así ocurrirá siempre hasta que no se invente un nuevo sistema de grabación videomagnética.

¿Sabe esto el comprador de cintas de vídeo? La respuesta es no. En el mercado español son cada vez más las ofertas de series completas sobre temas determinados que por su interés constituyen una gran tentación y, consecuentemente, un excelente mercado. Pero ninguna editora advierte, ni en la publicidad ni en la carátula, de la imperennidad de las cintas que ofrece. Sencillamente, no interesa informar de ello.

Algunas de estas colecciones, o enciclopedias audiovisuales, tienen un coste final de incluso varios cientos de miles de pesetas. Quien las posee y guarda como oro en paño no sabe que en realidad lo único que tiene en casa es un objeto irremisiblemente perecedero.-