Un detenido del 'caso Feliu' admite que habló con Casals de realizar un secuestro

Xavier Bassa, uno de los dos detenidos por el secuestro de la farmacéutica de Olot María Ángels Feliu, ocurrido el 20 de noviembre de 1992, declaró el martes ante la juez de Gavá (Barcelona) que comentó con Joan Casals Sánchez, el segundo acusado, la posibilidad de llevar a cabo algún secuestro. Bassa, que fue interrogado el martes durante 10 horas por la magistrada, había reconoció también días ante la Guardia Civil que charló con Francisco Evangelista López, el confidente que dió la pista a los investigadores, sobre la eventualidad de secuetrar a Maria Angels Feliu.Ante la juez de Gav...

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Xavier Bassa, uno de los dos detenidos por el secuestro de la farmacéutica de Olot María Ángels Feliu, ocurrido el 20 de noviembre de 1992, declaró el martes ante la juez de Gavá (Barcelona) que comentó con Joan Casals Sánchez, el segundo acusado, la posibilidad de llevar a cabo algún secuestro. Bassa, que fue interrogado el martes durante 10 horas por la magistrada, había reconoció también días ante la Guardia Civil que charló con Francisco Evangelista López, el confidente que dió la pista a los investigadores, sobre la eventualidad de secuetrar a Maria Angels Feliu.Ante la juez de Gavá, Bassa insistió en que el secuestro fue una idea que no llegó a cuajar. En cualquier caso, la revelación de Bassa confirma las sospechas de los investigadores, que tienen la íntima convicción de que los dos detenidos son los autores, junto a una tercera persona todavía no detenida, del secuestro de la farmacéutica. Bassa será trasladado hoy a la prisión de Figueres (Gerona). Su compañero, Joan Casals, fue conducido ayer al penal de Gerona.

La familia Feliu, a través de su portavoz Joan Capdevila, emitió ayer un comunicado en el que expresan "su temor y preocupación por la manera en que los medios de comunicación y algunas personas se han convertido en acusadores, jueces y verdugos de los detenidos y presuntamente implicados en el secuestro. Nos causa pavor", añade el comunicado, "la persecución que sufren algunas personas por el sólo hecho de tener parentesco o vinculación con los detenidos". La familia de Maria Ángels Feliu, que sólo ha roto su mutismo para salir en defensa de los allegados a los presuntos secuestradores de su hija y esposa, pide "respeto y civismo" y que se deje actuar a los reponsables de la investigación "sin presiones ni prejuicios".

Continúan las pesquisas

El paradero de la farmacéutica sigue envuelto en el más absoluto misterio. Las declaraciones de los dos detenidos no han aportado novedad alguna sobre dónde se encuentra. Francisco Evangelista López, el hombre que firmó una denuncia ante la Guardia Civil implicando a sus dos amigos, sostiene que la rehén fue asesinada dos meses después de ser secuestrada. Evangelista será llamado a declarar probablemente por el juez de Olot, Santiago Pinsach, que instruye el caso. El confidente, que según su declaración conocía la muerte de Feliu desde hace nueve meses, no ha sido detenido, porque "colaboró en todo momento con la Guardia Civil", señalaron fuentes oficiales. Ahora será el juez quien dictamine si participó o no en el secuestro de Feliu.

La Guardia Civil seguía ayer las pesquisas para detener a la tercera persona. "El círculo se está estrechando y en dos o tres días habrá novedades", explicaron fuentes próximas al caso. Las pruebas consisten en cotejar la letra de los dos acusados con la que figura en el sobre que se envió en diciembre a la familia Feliu y que contenía una cinta con la voz de Maria Ángels.

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La letrada de Xavier Bassa manifestó ayer que no había recibido ninguna comunicación del juez de Olot o del juzgado convocándole a la práctica de ningún tipo de diligencia. La abogada manifestó que ignoraba si se produciría una segunda declaración de su cliente ante el juez de Olot o si éste convocaría a Bassa y a Joan Casals y a Francisco Evangelista para la práctica de un careo.

Por su parte, Pere Macias, alcalde de Olot, pidió ayer al gobernador civil de Gerona que los dos detenidos no sean llevados a declarar ante el juez de Olot que instruye el caso. Macias basa su petición de que los dos acusados declaren en sus respectivas cárceles en el hecho de que aumenta la tensión en la localidad, lo que podría derivar en violencia para con los detenidos.

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