Vallecas 'pasa' del Real Madrid

Los blancos no han conseguido nunca llenar el estadio del Rayo Vallecano

Vallecas no es madridista. La conclusión se deriva de un hecho poco frecuente: el Real Madrid no ha conseguido abarrotar el estadio de la avenida de la Albufera en ninguna de sus cinco visitas y las previsiones apuntan a que tampoco lo va a conseguir hoy. Vallecas, al contrario que muchos estadios españoles, se resiste al Madrid.Claro que siempre hay quien encuentra una explicación lógica a tan extraño fenómeno: "Lo que pasa es que este campo sólo lo llenan Felipe y Guerra, los testigos de Jehová y alguno de esos grupos de rock que vienen a marearnos de vez en cuando". Este personaje, que aseg...

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Vallecas no es madridista. La conclusión se deriva de un hecho poco frecuente: el Real Madrid no ha conseguido abarrotar el estadio de la avenida de la Albufera en ninguna de sus cinco visitas y las previsiones apuntan a que tampoco lo va a conseguir hoy. Vallecas, al contrario que muchos estadios españoles, se resiste al Madrid.Claro que siempre hay quien encuentra una explicación lógica a tan extraño fenómeno: "Lo que pasa es que este campo sólo lo llenan Felipe y Guerra, los testigos de Jehová y alguno de esos grupos de rock que vienen a marearnos de vez en cuando". Este personaje, que asegura llamarse Pepe "a secas", asiduo del bar La Unión, no parece tenerle un especial aprecio al fútbol, pero, eso sí, mete baza en todas y cada una de las discusiones en las que surge el nombre del Rayo.

"Aquí la gente es, por supuesto, del Rayo y después del Atlético", tercia Antonio Torres, de 48 años, otro contertulio del bar, el paraíso de los sesudos debates del balompié vallecano. "En el Madrid", prosigue Antonio, "no hay más que señoritos. Aquí todos somos obreros".

Los precios del próximo Rayo-Madrid traen de cabeza a los rayistas, que no conciben pagar 7.500 pesetas por el mismo partido que televisa hoy Canal + a las 19.00 horas.

Cierto es que esas 7.500 pesetas permitirán a unos pocos acceder a una posición de privilegio, la tribuna de preferencia. Además, en ese lugar se puede contemplar con detenimiento lo mal o lo bien, según el momento, que lo pasa la otra estrella del partido, el presidente rayista, José María Ruiz Mateos.

En el antepalco, al que se accede por una puerta prácticamente escondida, Ruiz Mateos, las diversas personalidades que acuden al palco y algún que otro periodista suelen degustar en las gélidas mañanas de los domingos invernales un exquisito caldo que a veces les sirve alguna de las hijas del propio presidente.

Justo enfrente de esa zona, en el lateral de la avenida de la Albufera, montan su original chiringuito los miembros de la peña Los Petas. Pese a ser abonados, tendrán que soltar 1.500 pesetas para conseguir su entrada. Para quien se quiera divertir, ésa es la mejor zona.

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Curiosamente, Los Petas tendrán hoy como compañeros de grada a los Ultra Sur, que acudirán en número cercano a los 3.000. El Rayo ha tomado un buen número de medidas para evitar conflicto alguno.

Para empezar, las entradas de los ultras madridistas van a ser de un color distinto a las restantes. Además, se han reservado 1.000 localidades para peticiones de última hora. Las entradas de la tribuna situada encima de los Ultra Sur, cuyo precio es de 6.500 pesetas, está reservada también para los seguidores madridistas, en previsión de que pudiera producirse algún lanzamiento de objetos o algo peor. La cuestión es prevenir. Y prevenidos van a estar los 500 policías encargados del orden.

La pancarta Ultra Sur

Pero no todo va ser vigilancia y prevención. Porque en el calentamiento previo al partido tendrá lugar un acto sumamente original. Varios ultrasur, se supone que los más pacíficos, saltarán al césped para entregar a la peña Los Petas su enorme pancarta -ya en desuso- con el lema Hugo's fans. El propio jugador, ahora en el Rayo, será testigo de tan curioso traspaso.

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'Ultras' y balcones

A diferencia de otros equipos, el Rayo Vallecano no tiene ultras. En su lugar, quienes más chillan en el campo son los 60 miembros de la peña Los Petas. Uno de ellos, al que llaman El Pitufo, afirma con rotundidad: "En cinco años no hemos tenido ningún problema con nadie, ni en el campo ni fuera. Nosotros nos limitamos a animar, beber de la bota y fumar canutos. Somos pacíficos".Los demuestran mostrando con orgullo el escudo pirata de la peña, donde, en vez de dos tibias y una calavera, han dibujado dos humeantes canutos y un cuervo.

Vallecas también se diferencia por disponer de balcones de preferencia. Frente al campo se levantan dos edificios desde cuyos vanos se divisa perfectamente el juego: "Nunca he pensado en alquilar mi balcón. En ningún caso aceptaría que alguien me pagara para ver el fútbol desde mi casa", asegura el vecino del noveno piso de la calle Teniente Muñoz Díaz, 6.

Esta casa ha impedido el crecimiento del campo del Rayo que no puede tener gradas en uno de sus fondos. Una tapia, repleta de publicidad, marca los límites entre el estadio y las citadas viviendas.

Pero aún mejor lo tienen los inquilinos del portal número 2 de la misma calle, una casa de apenas cinco pisos, desde los que se divisa el campo en su totalidad. Allí están sus vecinos viendo cada 15 días al Rayo al precio de un desayuno. Ellos aseguran tajantemente no sólo que nunca hayan alquilado sus ventanas, sino que ni siquiera invitan a familiares a ver el espectáculo desde allí, por mucho que haya quien diga que esas son las únicas localidades de Vallecas que se llenan a reventar los días de fútbol.

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