Presidentes a sueldo

Los salarios federativos, mas segundos empleos que dedicación exclusiva

La profesionalización del deporte alcanza cada vez más a los directivos. Son ya 11 los presidentes de federaciones nacionales que se han acogido a la posibilidad de tener un sueldo, según permite en su desarrollo la Ley del Deporte. Sin embargo, todavía son una minoría, una quinta parte del total, y aún existen casos que recuerdan al antiguo sistema de dietas o gastos de representación, algo que la mayoría mantiene. Mientras no se generalice la dedicación exclusiva y se acaben los viajes por no residir en la ciudad donde está la federación, planea siempre la duda de que se ha abierto la posibi...

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La profesionalización del deporte alcanza cada vez más a los directivos. Son ya 11 los presidentes de federaciones nacionales que se han acogido a la posibilidad de tener un sueldo, según permite en su desarrollo la Ley del Deporte. Sin embargo, todavía son una minoría, una quinta parte del total, y aún existen casos que recuerdan al antiguo sistema de dietas o gastos de representación, algo que la mayoría mantiene. Mientras no se generalice la dedicación exclusiva y se acaben los viajes por no residir en la ciudad donde está la federación, planea siempre la duda de que se ha abierto la posibilidad de un segundo empleo volante cuando el fin es la eficacia en la gestión.La presidencia de una federación deportiva española ha sido históricamente un pequeño gran refugio para aficionados, en su mayoría señores suficientemente ricos, con alcurnia y tiempo para dedicarse al cargo. La eficacia gestora fue siempre relativa, dependiendo de la capacidad personal del amateur, y a los cargos también llegaron muchos oportunistas y buscadores de una mínima fama y de las pequeñas corruptelas que proporcionaban sus reinos de taifas. La doble moral de la dedicación altruista, pero con dietas o gastos de representación millonarios, acabó bastantes veces en los juzgados por malversación de fondos públicos, e incluso en la cárcel.

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El decreto de federaciones que permite ahora los sueldos estipula que su cuantía debe ser aprobada por las asambleas, proceder de recursos propios y que cada presidente desempeñará su cargo según el régimen de incompatibilidades fijado por los respectivos estatutos.

El problema está en que las asambleas, que han votado a los presidentes, difícilmente rechazan sus propuestas. Pero no parece muy lógico, por ejemplo, que sólo cinco de los "con sueldo tengan una dedicación exclusiva y vivan o se hayan trasladado a Madrid o Barcelona, donde están las sedes de sus federaciones. El resto, o alternan aún sus profesiones con el cargo o viven fuera, por lo que su presencia es de sólo unos días a la semana. En realidad, no es muy diferente su situación a la de, la mayoría que han preferido seguir con sus gastos sin retenciones -que pueden llegar hasta los seis millones-, y por ello son criticados por algún colega con sueldo. Pero no quieren dejar su profesión, dan más protagonismo a los gerentes o sus federaciones no pueden obtener recursos propios para ello.

Juan Serra, presidente del ciclismo, es industrial jubilado y vive cerca de Palma. Cobra 300.000 pesetas al mes y la federación también le paga los viajes para estar en Madrid entre dos y cuatro días a la semana. Al menos, se paga su estancia. Es un caso tipo. En su ausencia, el secretario federativo, Rafael Torres, dice: "Ese dinero no lo necesita, pero si tiene que andar por ahí es lógica una compensación. Nunca se ha planteado ser presidente para cobrar 300.000 pesetas".

Manuel Marco, mandatario del taekwondo, también retirado, cobra 250.000, pero vive en Barcelona, donde está la federación que él mismo fundó: "La abro y la cierro," dice. "Cobro menos que la mujer de la limpieza, pero, eso sí, yo mando".

Otro jubilado, en cambio, Domingo Bárcenas, presidente del balonmano, ya anunció en su campaña electoral que si ganaba no cobraría. Y lo mantiene: "Ni cinco céntimos. Me sentiría molesto. He cobrado como técnico, pero no como presidente".

Su caso también contrasta con otros Agustí Pujol, presidente del tenis desde 1985, es arquitecto y vive en Tarragona. Cobra 7.500.000 pesetas brutas, viajes pagados y va unas tres veces por semana a la federación. Julián García Angulo, de pelota, es un industrial que vive en Ciudad Real y viaja todos los días a Madrid. "Se deja la vida, se dedica plenamente, y por eso cobra una retribución de siete cifras que no llega a los siete millones", dice un miembro de la federación. Antonio Espinós, de karate, sigue con su trabajo de ingeniero de caminos. No tiene un contrato laboral en la federación, pero sus gastos de representación, 4.300.000 pesetas, están sujetos a retención. Fernando Climent, del remo, no ha dejado Sevilla, pero es un caso muy especial. Un campeón del mundo presidente que cobrará menos de cinco millones, rebajando lo que percibía su antecesor.

Rafael Blanco, en cambio, médico de profesión, sí ha dejado su trabajo para la Junta de Andalucía en Córdoba y se ha venido a Madrid con su familia y un sueldo de 8.400.000 pesetas.

Ángel Villar, en fútbol, fue el pionero en tener sueldo, desde 1988, incluso antes del decreto. Se trasladó de Bilbao a Madrid. Cobra 490.000 pesetas mensuales más la vivienda. Jesús Orozco, de gimnasia, industrial madrileño, se dedica a tiempo completo por 6.800.000 pesetas. Está entre los topes altos. Hortensia Hermida, en cambio, de petanca, es la última. Dejó su trabajo de socióloga y cobra 2.500.000, unas 140.000 pesetas al mes.

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