46 años de cárcel por acuchillar a un taxista

La imagen de los delincuentes -uno sujetándole, y el otro, clavándole en su cuerpo, sin parar, la navaja- difícilmente podrá olvidarla nunca. Reyes Merino, taxista, sufre desde entonces una fuerte depresión. En la madrugada del 19 de marzo de 1992, dos individuos le pararon en Carabanchel para que les llevase a Coslada. A mitad de camino, le quitaron el dinero, le ataron a un poste y huyeron con el taxi. No contentos con ello, volvieron al poste y le clavaron 16 veces una navaja. El taxista volvió a ver a sus desalmados agresores hace escasos días, en el juicio. El tribunal les ha condenado ah...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La imagen de los delincuentes -uno sujetándole, y el otro, clavándole en su cuerpo, sin parar, la navaja- difícilmente podrá olvidarla nunca. Reyes Merino, taxista, sufre desde entonces una fuerte depresión. En la madrugada del 19 de marzo de 1992, dos individuos le pararon en Carabanchel para que les llevase a Coslada. A mitad de camino, le quitaron el dinero, le ataron a un poste y huyeron con el taxi. No contentos con ello, volvieron al poste y le clavaron 16 veces una navaja. El taxista volvió a ver a sus desalmados agresores hace escasos días, en el juicio. El tribunal les ha condenado ahora a un total de 46 años de cárcel.Durante los dos días que duró la vista oral, Reyes Merino no ha dejado de mirar a sus dos agresores. Tras declarar podía haberse marchado, pero prefirió seguir en la sala de la Audiencia, mirándoles a la cara. El hombre sufre una grave crisis psicológica agregan fuentes jurídicas.

Reyes Merino perdió el conocimiento a consecuencia de las múltiples heridas. Minutos después, milagrosamente, lo recuperó. Tambaleándose por el descampado, llegó hasta una casa. Como pudo, despertó a sus moradores. Estos avisaron a la policía y a una ambulancia. Tras 22 días en el Gregorio Marañón, el taxista volvió a la vida.

Pero la noche de la agresión, la policía había detenido, tras una complicada persecución, a ambos delincuentes, que aún viajaban en el taxi de su víctima a las seis de la madrugada. Los detenidos, ahora condenados, eran dos peligrosos delincuentes: Juan Carlos Milara Rosa, mayor de edad, y David F., de 17 años,.

Archivado En