"Que tire un córner"

El Real Madrid presentó ayer en sociedad a su director general, el diplomático Inocencio Arias, de 53 años. El acto revistió la parafernalia que rodea a los fichajes de los jugadores más rutilantes de la historia madridista. Arias incluso posó para los fotógrafos en el césped del estadio Bernabéu, momento en el que echó en falta un balón y la camiseta del equipo. El presidente madridista, Ramón Mendoza, explicó que no ha recurrido a Arias, al que ha contratado por cuatro años, "para ser pararrayos, sombrilla protectora o golpe de efecto".Una nube de reporteros gráficos, como si de una estrella...

El Real Madrid presentó ayer en sociedad a su director general, el diplomático Inocencio Arias, de 53 años. El acto revistió la parafernalia que rodea a los fichajes de los jugadores más rutilantes de la historia madridista. Arias incluso posó para los fotógrafos en el césped del estadio Bernabéu, momento en el que echó en falta un balón y la camiseta del equipo. El presidente madridista, Ramón Mendoza, explicó que no ha recurrido a Arias, al que ha contratado por cuatro años, "para ser pararrayos, sombrilla protectora o golpe de efecto".Una nube de reporteros gráficos, como si de una estrella futbolística se tratase, pidieron a Arias, con su inseparable pajarita en el cuello, saltar al terreno de juego. Sólo faltaron los aficionados en el graderío. "¡Un balón, un balón!...", gritó un fotógrafo. "Y la camiseta", replicó el nuevo alto cargo madridista. "Que tire un córner", solicitó con sorna otro. "No me habría importado vestirme de corto, lucir la camiseta y tocar la pelota", confesó Arias mientras sonaban las cámaras. "Espero con ansia el partido contra la droga para poder hacerlo", añadió.

Sólo faltó que hubiese sido presentado en la sala de trofeos del club como los grandes jugadores que fabricaron la historia del Madrid. "Me abruma esta expectación", confesó el nuevo director. general. "El otro día entré en un restaurante. Estaba nada menos que Vargas Llosa [escritor peruano] y noté, lo que es fantástico para. mi ego, pero un poco desmesurado, que produjera más susurros o cuchicheos o codazos mi presencia que la de Vargas Llosa, un tipo que será tarde o temprano premio Nobel".

"¿Le gustaría ser el presidente del Madrid?", le preguntó alguien. Mendoza bajó la cabeza y algunos de sus directivos esperaron, expectantes, la respuesta. "Es otra cosa que se ha dicho de mí. Me río a carcajadas. Pero le voy a contestar afirmativamente. Sí, me gustaría ser el presidente del Madrid, aunque no me lo he planteado nunca. También me habría gustado ser ministro, pero tampoco me lo he planteado. Pero... sí. A mucha honra, me gustaría ser el presidente del Madrid".