Duque: "Quería ser alguien en este pueblo"

Luis Ángel Duque tiene 39 años y una ilusión: el Leganés. Apasionado del fútbol y "madrileño castizo", Duque cumple su quinta temporada como técnico del equipo, aunque lleva 14 años en el club. Es un hombre feliz que ha visto un sueño hecho realidad. Su ilusión es mantener al Leganés en Segunda División: "Tengo los pies en el suelo y sé que es muy dificil, pero confío plenamente en mis hombres y estoy seguro de que con trabajo, humildad y sacrificio saldremos adelante".En Leganés, Duque encontró a la mujer de su vida y al equipo del alma. "Me siento totalmente identificado con esta gente. Mi f...

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Luis Ángel Duque tiene 39 años y una ilusión: el Leganés. Apasionado del fútbol y "madrileño castizo", Duque cumple su quinta temporada como técnico del equipo, aunque lleva 14 años en el club. Es un hombre feliz que ha visto un sueño hecho realidad. Su ilusión es mantener al Leganés en Segunda División: "Tengo los pies en el suelo y sé que es muy dificil, pero confío plenamente en mis hombres y estoy seguro de que con trabajo, humildad y sacrificio saldremos adelante".En Leganés, Duque encontró a la mujer de su vida y al equipo del alma. "Me siento totalmente identificado con esta gente. Mi familia y mi trabajo están aquí, y desde hace mucho tiempo tengo un deseo al que nunca he renunciado: siempre he querido ser al guien en este pueblo". Duque habla con pasión y escupe verdades a toda velocidad: "Las figuras, para los nacimientos", dice cuando se le pregunta por la escasez de nombres ilustres en su plantilla; o "los presupuestos no meten los goles", espeta si se le insinúa la desigualdad económica respecto a otros equipos de la categoría.

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No se mete en disquisiciones tácticas sobre sistemas. "En el fútbol está todo inventado. No soy un cagón que se agarra al 0-0. A mí me gusta siempre ganar. Practicamos un 4-4-2 muy flexible, que según vaya el partido puede convertirse en un 3-4-3. No me gusta jugar en línea ni el achique de espacios: plantean demasiados riesgos para un equipo como el nuestro". Su propuesta teórica se subordina al factor humano: "No entiendo el fútbol sin agresividad".

El drama de Duque es el poco tiempo que tienen sus jugadores para prepararse. "Nuestro gran problema", explica, "es que no somos un club profesional; esto nos obliga a entrenar de noche, lo que exige un gran sacrificio para mis hombres, que han estado todo el día trabajando".

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