Portugal prohíbe acreditarse en Lisboa a los embajadores que residen en Madrid
El Gobierno portugués sigue impidiendo acreditarse en Lisboa a los embajadores residentes en Madrid, a pesar de la gran mejora que han experimentado las relaciones hispano-lusas desde el ingreso de ambos países en la Comunidad Europea (CE), según indican fuentes diplomáticas españolas.Dos países han abierto recientemente representaciones diplomáticas en Madrid, Nueva Zelanda y Malta. Sus embajadores, Paul John Alexander Tipping y Evarist V. Saliba -este último aún no ha presentado carta! credenciales ante el Rey-, efectuaron al llegar gestiones informales para intentar acreditarse también en L...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
El Gobierno portugués sigue impidiendo acreditarse en Lisboa a los embajadores residentes en Madrid, a pesar de la gran mejora que han experimentado las relaciones hispano-lusas desde el ingreso de ambos países en la Comunidad Europea (CE), según indican fuentes diplomáticas españolas.Dos países han abierto recientemente representaciones diplomáticas en Madrid, Nueva Zelanda y Malta. Sus embajadores, Paul John Alexander Tipping y Evarist V. Saliba -este último aún no ha presentado carta! credenciales ante el Rey-, efectuaron al llegar gestiones informales para intentar acreditarse también en Lisboa.
El Ministerio de Asuntos Exteriores portugués les dio una respuesta negativa en línea con un principio que se remonta a los tiempos del dictador Salazar. En consecuencia, Nueva Zelanda se ha visto obligada a mantener a su embajador en Roma acreditado en Lisboa. Este alejamiento geográfico dificulta la labor de seguimiento de la actualidad portuguesa.
El consejero de prensa de la Embajada de Portugal en Madrid, Pedro Anunciación, justificó la contestación negativa por tratarse "de una costumbre". "En Portugal siempre ha sido así. No se trata de ningún problema bilateral con España, ni mucho menos", dijo.
Fuentes diplomáticas españolas recalcaron, sin embargo, lo "insólito de la decisión de Lisboa, con tanta más razón cuanto que Portugal y España están embarcados en un proyecto de unión política europea a punto de entrar en vigor".