Tribuna:

En coplas

Probablemente el presidente González no tenia a mano la casera o quizá el presidente Pujol se había dejado en Cataluña los donuts, con tomate naturalmente, lo cierto es que el desencuentro de los dos políticos tiene escandalizado al país, difícil entendedor de que Pujol no quiera soltar a uno o dos ministros y de que González juzgue a Pujol, tan bajito, imprescindible para que se produzca el cambio del cambio dentro del cambiante cambio. Dos ministros no son gasto, se opina desde latitudes hispánicas rumbosas, acostumbradas a prodigar clase dirigente y temerosas de que a Pujol le...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Probablemente el presidente González no tenia a mano la casera o quizá el presidente Pujol se había dejado en Cataluña los donuts, con tomate naturalmente, lo cierto es que el desencuentro de los dos políticos tiene escandalizado al país, difícil entendedor de que Pujol no quiera soltar a uno o dos ministros y de que González juzgue a Pujol, tan bajito, imprescindible para que se produzca el cambio del cambio dentro del cambiante cambio. Dos ministros no son gasto, se opina desde latitudes hispánicas rumbosas, acostumbradas a prodigar clase dirigente y temerosas de que a Pujol le salga un ramalazo de la tópica tacañería étnica.Pero en Cataluña tocar poder central marea, y ni siquiera sirve el precedente del valido López Rodó, porque don Laureano no tocaba poder: era proteína pura de Espíritu Santo. Como marea ganar la Liga de fútbol tres años seguidos y a costa de equipo tan emblemático como el Real Madrid. Más allá del puente aéreo... el infinito sin estrellas.

Mientras tanto, otros pierden el culo, con perdón, para no enseñarlo, porque el ser o no ser de la política española pasa por el lugar que ocupar en la fotografía de las coaliciones explícitas o implícitas. Como siempre ocurre en amores, quien más pone más pierde, y mientras el felipismo suspira por Convergència i Unió, otros mal duermen porque El no les ha mirado o ha mirado de soslayo.

Y si El no mira, ¿qué le hemos hecho? ¿Qué no hemos hecho? ¿A qué operaciones de cirugía ética o estética hemos de entregarnos para que Él nos suba a lomos de su jaca y galope y trote al viento caminito de Jerez? Mientras tanto, el PP sueña ruido de urnas y Alfonso Guerra la ve muerta en el río... como el agua la llevaba... ¡Ay, corazón, parecía una rosa! ¡Ay, corazón, una rosa mu blanca ... !

Archivado En