El final de Carabanchel depende de Soto

Sólo falta que concluyan las obras de la polémica prisión de Soto del Real para que finalice el plan de creación de nuevas cárceles en Madrid. Y paralelamente comience el anunciado desmantelamiento de la vieja prisión de Carabanchel. Ya han entrado en funcionamiento dos de los tres nuevos penales: Navalcarnero y Valdemoro.El definitivo desalojo de Carabanchel, previsto en un principio para 1995, está supeditado a la conclusión de las obras de Soto del Real, que deberían estar terminadas a finales de este año o a comienzos del próximo. ¿Qué va a pasar con Carabanchel? La idea inicial de Justici...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Sólo falta que concluyan las obras de la polémica prisión de Soto del Real para que finalice el plan de creación de nuevas cárceles en Madrid. Y paralelamente comience el anunciado desmantelamiento de la vieja prisión de Carabanchel. Ya han entrado en funcionamiento dos de los tres nuevos penales: Navalcarnero y Valdemoro.El definitivo desalojo de Carabanchel, previsto en un principio para 1995, está supeditado a la conclusión de las obras de Soto del Real, que deberían estar terminadas a finales de este año o a comienzos del próximo. ¿Qué va a pasar con Carabanchel? La idea inicial de Justicia consiste en enajenar "al mejor postor" el solar sobre el que se ubica la vieja prisión madrileña, según han indicado fuentes penitenciarias.

Para ello, el terreno tendría que ser recalificado. El dinero de la venta del solar -en medios penitenciarios se ha barajado una suma que gira en torno a los 10.000 millones de pesetas- servirá para financiar las obras de nuevas cárceles. El Ayuntamiento de Madrid ha dejado entrever su disposición para recalificar el solar, pero a cambio de obtener el máximo aprovechamiento urbanístico que le permite la ley del suelo. Sin embargo, el aumento que ha experimentado en los últimos años la población reclusa madrileña pone en duda -al menos para la juez María del Prado Torrecilla y para algunos sindicatos penitenciarios- el derribo de Carabanchel dentro de dos años.

En la actualidad, esta cárcel cobija a casi el doble de presos que racionalmente le permiten sus instalaciones. Cuando entró en funcionamiento Valdemoro, sus celdas se descongestionaron y redujo su número de internos a unos 1.600. Pero en los últimos meses ha vuelto el hacinamiento a Carabanchel y se ha vuelto a sobrepasar la cifra de 2.000 reclusos.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En