GIRO DE ITALIA

Las vacaciones de LeMond

"La condición física en el Giro no significa nada. Puede que aquí no des una pedalada buena y en el Tour seas otro". Y lanzada la baladronada, Gregory LeMond se echa a reír. Está de buen humor, pese a encontrarse perdido en la general de la ronda italiana, a más de dos horas del líder. Los recuerdos están con él. ¿No ganó, acaso, el Tour de 1990, su tercero, cuando en el Giro del mismo año acabó a 2.53 horas del ganador, Gianni Bugno? Con esta amenaza juega el estadounidense, que el próximo día 26 cumplirá 32 años. Claro que entonces era más joven y no había estallado aún Miguel Induráin.Ganar...

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"La condición física en el Giro no significa nada. Puede que aquí no des una pedalada buena y en el Tour seas otro". Y lanzada la baladronada, Gregory LeMond se echa a reír. Está de buen humor, pese a encontrarse perdido en la general de la ronda italiana, a más de dos horas del líder. Los recuerdos están con él. ¿No ganó, acaso, el Tour de 1990, su tercero, cuando en el Giro del mismo año acabó a 2.53 horas del ganador, Gianni Bugno? Con esta amenaza juega el estadounidense, que el próximo día 26 cumplirá 32 años. Claro que entonces era más joven y no había estallado aún Miguel Induráin.Ganar un cuarto Tour no entra en los cálculos de LeMond. "Induráin es muy superior", afirma. "Es el mejor contrarrelojista y casi insuperable en la montaña". Pero el norteamericano sí que piensa estar allí, en julio, para dejarse ver y dar la lata un poco. Quiere hacer olvidar su ignominiosa retirada el pasado año. Ojos en blanco y agotado subiendo el Galibier. Al menos tiene la confianza de su equipo, el francés Gan, que ha montado toda la temporada a sus expensas. En el Giro, por lo menos, acompañan al norteamericano en esta especie de vacaciones pagadas de que disfruta. "Voy cogiendo la forma a base de kilómetros y, por lo menos, no estoy tan gordo como hace dos años", se disculpa.

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Siempre acompañado por su entrenador mexicano Otto Jacome, LeMond se pasea durante las etapas por la cola del pelotón. Cuenta chistes, hace amigos y se divierte. También se deja caer de vez en cuando hacia los coches de los directores. "A mí no hace más que venirme durante la carrera y decirme que Induráin tiene que intentar el récord de la hora", cuenta José Miguel Echávarri, director del Banesto. "Que lo haga ahora y que no deje pasar el tiempo. Que no haga como él que no lo intentó cuando estaba en su mejor forma y ya se le ha pasado el tiempo".

Y no sólo a Echávarri se lo dice. "Induráin es muy superior a Francesco Moser [corredor italiano que dejó el récord de la hora en 51,151 kilómetros en enero de 1984]. Estoy seguro de que lo batiría aunque se fuera mañana mismo a México a intentarlo, sin necesidad de adaptarse a la pista o a la altura", asegura, tajante, LeMond.

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