Wimbledon tendrá que esperar

., Wimbledon no podrá disfrutar del nuevo rey de Roland Garros. Sergi Bruguera dedicará las dos próximas semanas a descansar y disfrutar de su enorme victoria de París y no competirá en la tercera cita del Grand Slam de tenis, que comienza dentro de quince días. La noticia la dio Lluís Bruguera, padre del campeón, en la recepción ofrecida por la embajada española en París. Al acto también acudió el ganador de la final júnior, Roberto Carretero."Sergi se ha preparado este año concienzudamente para Roland Garros y ahora no tenemos tiempo de prepararnos para Wimbledon. Su temporada en tierra ha s...

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., Wimbledon no podrá disfrutar del nuevo rey de Roland Garros. Sergi Bruguera dedicará las dos próximas semanas a descansar y disfrutar de su enorme victoria de París y no competirá en la tercera cita del Grand Slam de tenis, que comienza dentro de quince días. La noticia la dio Lluís Bruguera, padre del campeón, en la recepción ofrecida por la embajada española en París. Al acto también acudió el ganador de la final júnior, Roberto Carretero."Sergi se ha preparado este año concienzudamente para Roland Garros y ahora no tenemos tiempo de prepararnos para Wimbledon. Su temporada en tierra ha sido muy dura: fue finalista en Milán, cuarto finalista en Estoril, finalista en Barcelona, campeón en Montecarlo, finalista en Madrid, cuartofinalista en Roma y semifinalista en la Copa de las Naciones. Está muy cansado y, quiere disfrutar de este triunfo", comentó Lluís Bruguera en el lujoso salón de la representación española.

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Bruguera no compite en Wimbledon desde 1990, año en que fue derrotado en segunda ronda por el estadounidense Brian Shelton. En 1989 cayó en la primera eliminatoria ante el israelí Amos Marisdorf. El objetivo del campeón catalán es disputar los torneos de tierra del verano (Gstaad, Kitzbuhel o Stuttgartt), una vez superada la resaca provocada por victoria.

La última noche en París de Bruguera fue casi tan agotadora como su soberbio partido ante Jim Courier. La recepción en la embajada fue breve. Con retraso sobre la hora prevista, el tenista acudió al encuentro de varias decenas de españoles que le esperaban ansiosos. Allí, Sergi posó con todo el mundo, firmó infinidad de autógrafos y dio buena cuenta de una marmita repleta de sabrosas albóndigas. Bruguera no había comido nada desde antes de la final y su hambre era canina. "Ya se han acabado", comentó angustiado cuando las albóndigas desaparecieron.

Muy fatigado, Bruguera no tuvo reparos en sentarse en una silla y esperar a que concluyera el acto. Después, tres minibuses recogieron a la familia (además de Lluís y Silvia, la madre, acudieron a París la abuela, Teresa, y la amiga del joven, Montse), a los amigos más íntimos y a un par de miembros de la federación para ir a cenar a un restaurante parisino, La Maison d'Alsacie, donde concluyó el festejo.

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