Tribuna:ELECCIONES 6 DE JUNIOCUADERNO DE CAMPAÑA

El día Garzón

A las ocho y cuarto del viernes, día de su presentación, ya estaba el juez Garzón en la radio. No era una entrevista cualquiera. Era la primera entrevista -Onda Cero- por la que iba a revelarse la personalidad del héroe. La mayoría no le había escuchado antes y nadie había prestado hasta entonces tanta atención a sus palabras. Su voz se había convertido en materia sagrada. Como su cabello de abrótano macho, la mirada neta y la sonrisa de novio de boda de campo. En buen grado, la foto del juez Garzón, desprendida de la cornucopia judicial, ha cobrado parecido con Benito Floro. Uno y otro han pa...

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A las ocho y cuarto del viernes, día de su presentación, ya estaba el juez Garzón en la radio. No era una entrevista cualquiera. Era la primera entrevista -Onda Cero- por la que iba a revelarse la personalidad del héroe. La mayoría no le había escuchado antes y nadie había prestado hasta entonces tanta atención a sus palabras. Su voz se había convertido en materia sagrada. Como su cabello de abrótano macho, la mirada neta y la sonrisa de novio de boda de campo. En buen grado, la foto del juez Garzón, desprendida de la cornucopia judicial, ha cobrado parecido con Benito Floro. Uno y otro han pasado por observaciones públicas y se han experimentado en el trance de mostrar su eficacia sobre un ámbito que, por cantidad o calidad, les eran desconocidos. Ambos suscitaron clamor con sus fichajes. Benito Floro llegó desde Albacete y Baltasar Garzón inicia hoy su cena-mitin en Albacete. Ambos fueron ensalzados antes de acceder y censurados cuando accedieron. Los dos carecen de sentido del humor, sufren una timidez mediática y pueden aburrir en tres minutos.¿Tiene estampa de héroe el señor Garzón? A algunos ciudadanos ha empezado a caerles bien porque han creído descubrir en su talante a una persona normal. Pero justamente es esto lo que no queríamos. El juez Garzón se, ha ocupado en sus primeras comparecencias de deshacer la galanura heroica. Dijo en la SER -segunda entrevista de la mañana tras el desayuno- que se sentía como un toro despistado al saltar al ruedo. Se le había imaginado como un torero valeroso y se cambia por un bovino. Confiesa también que dista del airado Superman al punto de que sufrió un mareo la primera vez que se montó en un helicóptero. Y, para redondear, declara que la honradez, o algo por el estilo, la obtuvo de su padre y de su madre. Un héroe cabal, como es sabido, posee orígenes remotos, o, por esencia, secretos. El héroe nace por ensalmo, investido de una misión, desconoce el desconcierto y es todo menos heredero. El 7 de mayo de 1993 es la fecha en que Garzón ha transmutado su leyenda por la cotidianidad, ha cambiado su mito por el mitin. Desde ahora se cuenta con una persona más dentro de la multitud con las que se cargan las agendas de teléfonos, las listas de candidatos, los desfiles de la mesnada política. Dentro de ese guisado, Garzón sigue creyendo en su poder para sanar el caldo, deshacer el tufo de las criadillas y presentar un plato PSOE al estilo de la nueva cocina biológica. Como Floro, ha llegado para instaurar un nuevo sistema clarificador. Él se declara del Barca, pero viene al estado Real para proporcionar victorias. Bendito, como Floro, su pretensión es plantar flores sobre el cenagal, y la tarea, hoy por hoy, escuchando su voz de letra menuda y feble, parece más titánica que su carril de juzgado. Hay que esperar, no obstante. En junio, para su Barça, para su baza, o no, se decidirá la Liga.

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