Cartas al director

Las lágrimas de la Reina

En nuestro país, y no sé por qué, siempre se ha dicho que los hombres no lloran. Mi padre, que fue un gran hombre, al que llamábamos los hijos Lord Byron, lloraba. Las lágrimas de la Reina cuando rompe a llorar es por ver llorar a su marido y padre de sus hijos. Yo he visto llorar a mis hermanos cuando murió mi padre, pero no sé por qué siempre la famosa frase los hombres no lloran. ¿De dónde viene? A mí me han emocionado las lágrimas de la Reina tanto como las de mi amiga Cristina Almeida; pero, de verdad, ¿qué está pasando?Para mí, ver llorar a Cristina Almeida, como que Nicolás Sartorius ti...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

En nuestro país, y no sé por qué, siempre se ha dicho que los hombres no lloran. Mi padre, que fue un gran hombre, al que llamábamos los hijos Lord Byron, lloraba. Las lágrimas de la Reina cuando rompe a llorar es por ver llorar a su marido y padre de sus hijos. Yo he visto llorar a mis hermanos cuando murió mi padre, pero no sé por qué siempre la famosa frase los hombres no lloran. ¿De dónde viene? A mí me han emocionado las lágrimas de la Reina tanto como las de mi amiga Cristina Almeida; pero, de verdad, ¿qué está pasando?Para mí, ver llorar a Cristina Almeida, como que Nicolás Sartorius tire la toalla y el gran Pablo Castellano haga lo mismo, yo, que lo estoy viviendo desde el exterior por razones particulares, me pregunto: ¿los señores de la famosa tortilla no eran nadie?

Cuando nosotros dimos la cara, la dimos por nuestro país. La dimos también por Cuba, por Nicaragua y, sobre todo, porque defendíamos algo en lo que creíamos, que era la libertad. De lo que estoy diciendo son testigos las personas a las que he aludido antes.

El señor Jaime Campmany me dedicó un artículo muy cariñoso cuando defendimos a las mujeres de Bilbao, porque las pobres mujeres, madres de varios niños y sin posibilidad de alimentar a otros, abortaron. Entre las mujeres que salimos en defensa de, las vascas se encontraba, como siempre, Cristina Almeida, que además nunca ha sido madre.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

No olvidaré cuando defendió a unos trabajadores de TVE y comparó el león con el ratón. En ese caso el león era TVE y el ratón los obreros.

En fin, que estos días tenemos lágrimas importantes, las de la Reina y las de Cristina. Las dos me han conmocionado. Mucho la Reina, por la que estamos todos muy orgullosos y que la gente que no la conoce juzga seca.

Los actores hemos conocido su sonrisa y su carcajada cuando algún profesional de la carcajada se la ha provocado. A mí me duelen las dos lágrimas, las de la Reina y las de Cristina. Las dos son de personas que siempre pensaron en los demás, y la que esto suscribe da fe también de haber ejercido en lo mismo.

Archivado En