Yeltsin cede, pero el Parlamento mantiene la amenaza de destitución

Borís Yeltsin no se ha atrevido a llevar hasta sus últimas consecuencias su desafío al Parlamento ruso, pero eso no le ha bastado para desactivar la crisis que amenaza con provocar su destitución. Pese a la renuncia del presidente al "régimen especial de dirección" mantiene su convocatoria de un referéndum sobre el sistema de poder. La respuesta del Sóviet Supremo es la convocatoria para hoy del Congreso de los Diputados (superparlamento) para juzgar a Yeltsin.

El pasado martes, el Tribunal Constitucional consideraba ilegal que Yeltsin asumiera (como anunció el sábado en un discurso por...

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Borís Yeltsin no se ha atrevido a llevar hasta sus últimas consecuencias su desafío al Parlamento ruso, pero eso no le ha bastado para desactivar la crisis que amenaza con provocar su destitución. Pese a la renuncia del presidente al "régimen especial de dirección" mantiene su convocatoria de un referéndum sobre el sistema de poder. La respuesta del Sóviet Supremo es la convocatoria para hoy del Congreso de los Diputados (superparlamento) para juzgar a Yeltsin.

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El pasado martes, el Tribunal Constitucional consideraba ilegal que Yeltsin asumiera (como anunció el sábado en un discurso por televisión) poderes especiales. La respuesta del presidente consistió en publicar ayer el decreto correspondiente, del que desaparecieron como por arte de magia los aspectos que habían sido declarados inconstitucionales. Buena parte de lo así anunciado iba al cesto de los papeles.Yeltsin se reunía poco después con su principal adversario, el presidente del Sóviet Supremo, Ruslán Jasbulátov, en busca de algún tipo de conciliación. El encuentro concluyó en un fracaso. El presidente seguía en sus trece de convocar un referéndum para el 25 de abril, en el que se decida definitivamente quién manda en Rusia. Jasbulátov le exigía, entre otras cosas, la formación de un Gobierno de coalición, al tiempo que se ratificaba en su empeño de obtener su destitución. El presidente del Parlamento llegó a decir que el artículo de la ley fundamental que prevé la suspensión de poderes del jefe del Estado había entrado ya en vigor.

La gran batalla se librará mañana en el Congreso de los Diputados, el superparlamento cuyos 1.038 diputados han sido elegidos cuando aún existía la Unión Soviética, y en el que Yeltsin tiene numerosos detractores. El gran interrogante en estos momentos es el de si los adversarios del presidente cuentan con los dos tercios de mayoría necesaria para destituirle.

Página 3 Más información en las páginas 2 y 4

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