El león herido

Desbandada en las filas guerristas desde que Felipe González asume el poder en el PSOE

Entre quienes le tenían ganas y aquellos que aprecian la pérdida de poder de Alfonso Guerra son ya legión los que reniegan, sea por acción u omisión, de] otrora poderoso vicesecretario general del PSOE. Guerra sigue tomando nota de los nombres de los desertores, aunque éstos parece que: nada temen, convencidos de que nunca recuperará la fuerza suficiente que pueda permitirle tomar medidas de represalia. En todas las federaciones cunde la desafección, y el abandono de las filas guerristas es diario después de que Felipe González decidiera tomar las riendas del partido y de todas las instancias ...

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Entre quienes le tenían ganas y aquellos que aprecian la pérdida de poder de Alfonso Guerra son ya legión los que reniegan, sea por acción u omisión, de] otrora poderoso vicesecretario general del PSOE. Guerra sigue tomando nota de los nombres de los desertores, aunque éstos parece que: nada temen, convencidos de que nunca recuperará la fuerza suficiente que pueda permitirle tomar medidas de represalia. En todas las federaciones cunde la desafección, y el abandono de las filas guerristas es diario después de que Felipe González decidiera tomar las riendas del partido y de todas las instancias de poder de los socialistas. Los guerristas fieles dicen que la vida da mucha vueltas.

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Todavía le quedan afectos fervorosos e incondicionales a Alfonso Guerra, sobre todo en militantes de base, como ayer se puso de manifiesto en el acto sevillano. Los afiliados siguen sin reconocer la ruptura del tándem y esperan el milagro de la reconciliación para no tener que optar entre "papá o mamá", como señalaba un dirigente regional. Los más desapasionados consideran imposible el reencuentro y citan como fuente a los dos afectados.Otra cuestión será el establecimiento implícito -no se prevé una reunión entre Felipe González y Alfonso Guerra- de un pacto de no agresión hasta las próximas elecciones para no ahondar en la tendencia descendente de los socialistas.

Alfonso Guerra participará en numerosos actos públicos y se comportará como el número dos de un partido que aspira a ganar de nuevo las elecciones. Los adversarios, por tanto, serán las otras fuerzas políticas y añadirá sus ataques a ese grupo innominado que ataca al PSOE y a él mismo en defensa de intereses antitéticos con los de los trabajadores. Guerra defenderá públicamente la gestión de los socialistas durante estos 10 años sin que trasluzca su contrariedad por algunas políticas llevadas a cabo por el Ejecutivo, sobre todo por el equipo económico.

No hay duda de esto. Otra cuestión es cuál será su actitud y su discurso interno, ya que algunas de las expresadas en los últimos tiempos han causado verdadero desasosiego a los suyos. Su desapego deja a los guerristas sin argumentos ante el crecido sector renovador, aunque le justifican desde la perspectiva humana "porque nadie en este partido ha sufrido un proceso de linchamiento tan brutal", señalaba un miembro de la ejecutiva federal. Los guerristas empezaron a preocuparse seriamente al observar su actitud en el acto de Estepa.

Perplejidad en Estepa

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La mayoría de los 1.200 asistentes a la cena-conferencia de Alfonso Guerra en esa localidad sevillana el pasado 5 de febrero salieron perplejos. Guerra no aludió ni una sola vez en la hora y quince minutos de su discurso a Felipe González.No se refirió a él ni como secretario general del PSOE ni como presidente del Gobierno y ni tan siquiera como candidato socialista en las próximas elecciones legislativas.Nunca hasta entonces lo había hecho. Sí, por el contrario, resaltó en al menos cinco ocasiones la posibilidad de que el PSOE pierda los comicios. La conferencia, como recordó un histórico dirigente, dejó "muy mal sabor de boca" y fue ampliamente criticada por los guerristas andaluces, que asisten expectantes al distanciamiento entre sus dos principales líderes.

Aunque los dos actos en los que ha intervenido Guerra en los últimos 17 días en la provincia de Sevilla estaban programados desde hace meses, la ejecutiva regional ha pretendido con ellos dar una imagen de unidad en torno al vicesecretario general del PSOE que no se corresponde con la realidad. Dirigentes considerados hasta ahora guerristas no dudan en calificar esta visión de falsa: "Hay un silencio de miedo porque hay en ciernes unas elecciones, pero el intento de demostrar al resto del partido que Andalucía y Extremadura son un clamor de efervescencia en torno a Alfonso Guerra es totalmente ficticio", afirma un miembro de la ejecutiva federal. Esta versión puede trasladarse a todas las federaciones del PSOE.

El abandono de las filas guerristas se ha precipitado tras la ausencia de Guerra de la reunión del grupo socialista, el lunes, convocada para escuchar a González, y el protagonismo del secretario general en todos los asuntos del partido.

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