La Liga Profesional insiste en controlar el arbitraje tras las últimas actuaciones

Las actuaciones arbitrales de la última jornada en los campos del Sevilla y del Rayo Vallecano, en los que fueron expulsados tres jugadores del Real Madrid y dos del Barcelona, han aumentado la preocupación en la Liga Profesional y han reforzado su pretensión de hacerse con el control del arbitraje. Tanto su presidente, Antonio Baró, como el secretario general, Jesús Samper, coincidieron en señalar: "El arbitraje español no puede seguir por este camino. Casos como los del Celta va a ser difícil que puedan repetirse. No quiero pensar las consecuencias que tendrían hechos como ése en equipos com...

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Las actuaciones arbitrales de la última jornada en los campos del Sevilla y del Rayo Vallecano, en los que fueron expulsados tres jugadores del Real Madrid y dos del Barcelona, han aumentado la preocupación en la Liga Profesional y han reforzado su pretensión de hacerse con el control del arbitraje. Tanto su presidente, Antonio Baró, como el secretario general, Jesús Samper, coincidieron en señalar: "El arbitraje español no puede seguir por este camino. Casos como los del Celta va a ser difícil que puedan repetirse. No quiero pensar las consecuencias que tendrían hechos como ése en equipos como el Madrid, Barcelona y Atlético. Es triste constatar que los clubes están en manos de los árbitros", indicó Baró.

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El presidente de la Liga anunció que a partir de enero negociará con la Federación de Fútbol una nueva etapa en la organización arbitral. Baró señaló que el arbitraje necesita un nuevo estilo, fruto de la actividad prioritaria que se pretende aplicar a los colegiados. Adelantó las clases prácticas que se darán a los árbitros con vídeos de las jugadas de sus partidos, así como el incremento de reuniones en la que se estudiarán las incidencias de las última jornadas.

Descontento

El actual sistema arbitral no es del agrado de los clubes, representados en la Liga profesional, ni tampoco de los dirigentes de este último organismo. Uno de sus portavoces señaló: "El arbitraje está desmadrado porque se le ha escapado de las manos a la federación y porque no tiene una dirección clara y única". La Liga reconoce que no tiene ahora demasiadas competencias en la organización arbitral para solucionar sus problemas y se ha concedido esta temporada como plazo para intervenir en su solución.Los dirigentes de la Liga, además, están dispuestos a restringir las declaraciones de los árbitros antes y después de los partidos. Consideran que esta limitación puede ser un paso para solucionar bastantes de los problemas arbítrales.

La última jornada de Liga registró dos actuaciones polémicas, en el Sevilla-Madrid y el Rayo-Barcelona, pero no fue la jornada récord: se contabilizaron un total de 49 tarjetas, lejos de la jornada récord (la 11ª) con 77 tarjetas y de la primera jornada, en la que se mostraron 75. Sí hubo un hecho notorio: las 13 tarjetas del Rayo-Barça igualan las mostradas en el Celta-Sevilla, el partido con más amonestaciones.

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