Neonazis alemanes queman a dos mujeres y una niña turcas al incendiar su casa

"¡Heil Hitler!", gritó por teléfono a la policía y los bomberos el individuo que se responsabilizó del incendio provocado por neonazis en una casa habitada por emigrantes en la pequeña localidad de Mófin, de 18.000 habitantes, al norte de Alemania, cerca del límite con la antigua RDA. Una mujer de 51 años, una niña de 10 y una adolescente de 14, todas de origen turco y pertenecientes a la misma familia, murieron abrasadas. Otras nueve personas resultaron heridas, entre ellas una anciana de más de 80 años y un bebé de nueve meses.Hasta ahora, los cientos de atentados xenófobos se habían dirigid...

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"¡Heil Hitler!", gritó por teléfono a la policía y los bomberos el individuo que se responsabilizó del incendio provocado por neonazis en una casa habitada por emigrantes en la pequeña localidad de Mófin, de 18.000 habitantes, al norte de Alemania, cerca del límite con la antigua RDA. Una mujer de 51 años, una niña de 10 y una adolescente de 14, todas de origen turco y pertenecientes a la misma familia, murieron abrasadas. Otras nueve personas resultaron heridas, entre ellas una anciana de más de 80 años y un bebé de nueve meses.Hasta ahora, los cientos de atentados xenófobos se habían dirigido contra los refugiados que llegan en masa desde los países de Europa del Este. Pero las mujeres y la niña turcas eran emigrantes legales. La niña de 10 años incluso había nacido en Alemania. Su madre vivía en el país desde hacía más de 20 años.

El canciller Helmut Kolil se mostró horrorizado, mientras el fiscal general, Alexander von Stahl, consideró el ataque como "una amenaza a la seguridad del Estado" y anunció que investigará personalmente el caso. Según la nota de la fiscalía, el saludo hitieriano significa que los atacantes desconocidos quieren restablecer una dictadura nacionalsocialista en Alemania.

Miles de personas se lanzaron anoche espontáneamente a las calles de Berlín, Francfort, Kiel y otras ciudades alemanas para mostrar su repulsa y su horror por los asesinatos de Mölln. "Me avergüenzo, me avergüenzo", exclamó el escritor Günter Grass, que vive cerca de Mölln y que reflejó de este modo el sentimiento de muchos alemanes, conmocionados por esta escalada de la violencia xenófoba. El crimen de Möllin ha venido a sumarse a otras agresiones contra extranjeros durante el fin de semana.

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