EL IMPACTO DE LA CRISIS EN LOS TRABAJADORES

Puestos escasos y mal pagados

La tasa de desempleo en Estados Unidos se situaba en el 7,5% cuando Ronald Reagan fue reelegido presidente en 1984. A finales de octubre de 1992, a una semana de nuevas elecciones, la tasa de desempleo es del 7,5%. La existencia de casi 10 millones de personas sin trabajo, según cifras del Departamento de Trabajo, no consigue, pues, explicar el giro radical del electorado en las actuales circunstancias.Durante los cuatro años de George Bush, la tasa de desempleo pasó de un 5,3% al actual 7,5%, con un incremento en el número de parados de 3,2 millones. La pérdida de puestos de trabajo cobra aún...

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La tasa de desempleo en Estados Unidos se situaba en el 7,5% cuando Ronald Reagan fue reelegido presidente en 1984. A finales de octubre de 1992, a una semana de nuevas elecciones, la tasa de desempleo es del 7,5%. La existencia de casi 10 millones de personas sin trabajo, según cifras del Departamento de Trabajo, no consigue, pues, explicar el giro radical del electorado en las actuales circunstancias.Durante los cuatro años de George Bush, la tasa de desempleo pasó de un 5,3% al actual 7,5%, con un incremento en el número de parados de 3,2 millones. La pérdida de puestos de trabajo cobra aún mayor relieve si se observa que 1,1 millones de ellos pertenecen al sector manufacturero: de los 19,3 millones de empleos de 1988 se ha pasado a 18,2 millones en 1992. Pero aún así, las cifras requieren alguna perspectiva.

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El punto más alto de la tasa de desempleo en la recesión 1990-1991 fue alcanzado el pasado año, con un 7,8%. En la fuerte recesión -quizá la más devasta dora desde la II Guerra Mundial- de 1980-1982, el techo del desempleo fue del 10,8%. Durante la etapa de Jimmy Carter, la tasa media de desempleo llegó al 6,5%, y en el primer mandato de Reagan ascendió al 8,6% para bajar luego al 6,5%. Si bien 1992 será un año de tasa alta, Bush re presenta, hasta ahora, una media del 6,3%. "Tenemos un problema, es cierto. Pero no es una crisis", dice el premio Nobel Milton Friedman. "Por cifras de desempleo, es la más suave de las tres recesiones que hemos sufrido".

El programa de Bush no parece haber fracasado tan dramáticamente en el tema del empleo -si se olvida por un momento su promesa de 30 millones de nuevos empleos en ocho años, de los que se han creado sólo 500.000- como en otros aspectos económico-sociales. Los salarios han caído tanto que las personas ocupadas se ven obligadas a trabajar más horas simplemente para ganar lo mismo. Así, la familia media americana per cibe ahora' 1.600 dólares menos que en 1989. "La gente se ha visto muy afectada durante el gobierno de Bush o, mejor dicho, la etapa Reagan-Bush. No tanto porque el desempleo es mayor, sino porque el nivel de vida ha disminuido, la gente gana menos y trabaja más", explica David Gordon, profesor de Economía de la New School of Social Re search de Nueva York. En el sector industrial, el salario horario, ajustado por la inflación, se sitúa actualmente en 11,46 dólares, contra 12,05 dólares en 1988.

Aunque la economía americana ya no está técnicamente en recesión, el desempleo mantiene una resistencia tenaz, lo que provoca que el consumo no despegue. La semana pasada, la revista Business Week realizó un sondeo entre consejeros delegados de grandes empresas, quienes estiman que la reducción de puestos de trabajo continuará por largo tiempo. GM, que redujo su plantilla en 150.000 trabajadores durante los años ochenta, se propone, despedir a 74.000 personas hasta finales de 1995.

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