Famoso por los pelos

La historia del peluquero Vidal Sassoon, hoy y mañana en la estación de Atocha

Vidal Sassoon, el peluquero británico que trastocó la geometría en su forma de cortar el cabello, llegaba anoche al Salón Tropical de la nueva estación de Atocha de Madrid, para celebrar sus 50 años en la alta peluquería. Sassoon, con el pelo liso, gris y peinado hacia atrás, entró acompañado de su tercera esposa, Rhonda, de melena morena y lisa, coronada por un flequillo que cubría la frente de modo desigual. Así se inauguraba la exposición Arte y vanguardia del peinado, que recorrerá 30 países empezando por el nuestro, aunque el peluquero reconocía no haber peinado jamás a ningún español cél...

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Vidal Sassoon, el peluquero británico que trastocó la geometría en su forma de cortar el cabello, llegaba anoche al Salón Tropical de la nueva estación de Atocha de Madrid, para celebrar sus 50 años en la alta peluquería. Sassoon, con el pelo liso, gris y peinado hacia atrás, entró acompañado de su tercera esposa, Rhonda, de melena morena y lisa, coronada por un flequillo que cubría la frente de modo desigual. Así se inauguraba la exposición Arte y vanguardia del peinado, que recorrerá 30 países empezando por el nuestro, aunque el peluquero reconocía no haber peinado jamás a ningún español célebre.

La presencia de Sassoon en Madrid sorprendió a los profanos. Dos señoras se miraban boquiabiertas al saber que Vidál Sassoon existe, "vamos, que no es una marca de champú. Claro", comentaba una de ellas, "tenía que ser un peluquero". Anoche, quienes quisieron saber más del personaje tuvieron que conformarse con escuchar de lejos la voz distorsionada de Laura Valenzuela, presentando el acto. La anfitriona tuvo que competir con los anuncios de llegadas y salidas de los diferentes trenes.Este peluquero de 64 años, nacido en Londres y residente en Los Ángeles, comenzó su carrera, sin ganas, a los 14 años, y la siguió por empeño de su madre. Sassoon relata cómo se enfrentaba a esos cabellos femeninos rígidos como enaguas tratadas con almidón y secos como hebras de esparto. A los 26 años abre su primer salón en el 108 de Bond Street, en Londres, y comienza a maquinar cortes revolucionarios que él mismo bautiza con nombres como wash and wear, lavar y llevar.

El kilómetro cero de su carrera llegaría en plenos años sesenta, cuando Sassoon presenta uno de sus cortes en la colección de su amiga Mary Quant. Por sus manos pasarían desde entonces las cabezas de las mejores maniquíes vestidas de Chanel, Givenchy o Ives Saint Laurent. En los años setenta, sus salones se extienden por Europa y Estados Unidos.

Vidal Sassoon acostumbra a formar a su equipo de peluqueros. Su estilo es la primera asignatura de siete academias de peluquería repartidas por todo el mundo, un listado en el que España no figura. "Por eso no tengo todavía ningún salón en su país", comenta antes del desfile. "Me gusta que todo el personal que trabaja para mí aprenda en mis escuelas y es una tarea en la que hemos de invertir no menos de cuatro años. Sin embargo, no descartó la posibilidad de abrir un salón de peluquería en España", dice.

Clara de huevo

Recorriendo esta muestra, uno descubre que hasta el término de la segunda gran guerra, el champú era un gran desconocido que nació de un hervor de jabón suave con agua de soda. O que los caballeros americanos fijaban su pelo con clara de huevo, azúcar, agua y jabón, cera de muebles o betún de los zapatos. Hasta que Vidal Sassoon lanzó una laca cuya campaña publicitaria tuvo como modelo a Andy Warhol.

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