Un niño se pasaba nueve horas al día "haciendo amigos" a través del 903
Un niño de 12 años, J. P. S., estuvo llamando una media de nueve horas diarias a uno de los teléfonos denominados party line en el mes de agosto, informó Radio Nacional de una noticia recogida por la agencia Colpisa en la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). La madre del niño, que está en paro y enferma de una pierna, hará frente a un recibo de Telefónica de 1.141.000 pesetas.Cuando la hermana del muchacho intentó convencerle para que no llamase, contestó convencido: "En un mes he hecho más amigos que en toda mi vida".
La empresa que lleva esta línea festiva y la...
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Un niño de 12 años, J. P. S., estuvo llamando una media de nueve horas diarias a uno de los teléfonos denominados party line en el mes de agosto, informó Radio Nacional de una noticia recogida por la agencia Colpisa en la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). La madre del niño, que está en paro y enferma de una pierna, hará frente a un recibo de Telefónica de 1.141.000 pesetas.Cuando la hermana del muchacho intentó convencerle para que no llamase, contestó convencido: "En un mes he hecho más amigos que en toda mi vida".
La empresa que lleva esta línea festiva y la Telefónica -que recibe dos tercios del gasto hecho en las llamadas al 903- no sólo han mermado la economía de esta familia, sino que han producido una adición en el niño, que ahora recibe tratamiento psiquiátrico por este motivo. El chaval es introvertido, tiene pocos amigos y se encierra a jugar con el ordenador.
La OCU ha recibido denuncias de decenas de casos así desde principio de año. Un estudio de los mismos desvela que siempre se trata de niños o adolescentes que aprovechan la ausencia de sus padres para llamar. Los chavales, en su mayoría con problemas psicológicos, no son conscientes del precio de la llamada, que además no exige autorización del arrendatario de la línea.
Telefónica tampoco colabora para evitar los estragos económicos en las familias. La compañía retiene el primer recibo cuando detecta un aumento radical en el uso del teléfono, de forma que al usuario se le juntan cuatro meses de facturas astronómicas. Telefónica explica que actúan así para "investigar" las causas de la subida del recibo.