"Una fosa abierta"

El autobús fue a parar a una "fosa abierta", en palabras del delegado del Gobierno. El lugar del accidente es un carril de desaceleración que llega hasta el peaje de Torreblanca. A la entrada del carril mismo, una señal prohibe circular a más de 80 kilómetros por hora.Posteriormente, otras sefiales reducen el límite a 60 kilómetros primero y a 40 después. El autobús chocó metros después de rebasar la indicación de 40, cuando iba a 105, según el tacómetro.

El choque fue muy violento. El vehículo rompió la valla protectora del carril y se empotró en un terraplén existente entre ese carril...

El autobús fue a parar a una "fosa abierta", en palabras del delegado del Gobierno. El lugar del accidente es un carril de desaceleración que llega hasta el peaje de Torreblanca. A la entrada del carril mismo, una señal prohibe circular a más de 80 kilómetros por hora.Posteriormente, otras sefiales reducen el límite a 60 kilómetros primero y a 40 después. El autobús chocó metros después de rebasar la indicación de 40, cuando iba a 105, según el tacómetro.

El choque fue muy violento. El vehículo rompió la valla protectora del carril y se empotró en un terraplén existente entre ese carril y los de la propia autopista. Ese lugar era exactamente la "fosa abierta" que, según Granados, hizo que el número de víctimas mortales fuera tan elevado.

Un total de 44 ocupantes murieron en el acto. El vehículo estaba completamente volcado, lo que- dificultó el rescate de los cuerpos. El techo estaba destrozado.

Una joven falleció durante el traslado al hospital y elevó el macabro saldo a 45 muertos. Los cadáveres fueron sacados con gran dificultad por los bomberos y depositados sobre el asfalto, a la espera de la llegada del juez. 'Tas ambulancias no han hecho falta, por desgracia. Lo necesario son coches fúnebres", aseguró un bombero.

La mayoría de las muertes se produjeron por fracturas múltiples en el cráneo, el cuello y la columna, consecuencias de resultar aplastados.