Un trabajo de mente

Los futbolistas del Madrid valoran positivamente su primera sesión con el psicólogo

Apareció, por fin, Emilio Cidad. Este nombre, aislado, no dice nada, pero representa la innovación más significativa impuesta por, Benito Floro en el Real Madrid; la más esperada. Su misión no es marcar goles ni evitarlos. No debe preparar tácticamente a los jugadores, ni siquiera físicamente. Su trabajo es mental, anímico. Se trata del nuevo psicólogo madridista, que ayer sometió a la plantiIla a su primera sesión.

Cuando Floro anunció su intención de incluir a un psicólogo en el equipo, muchos se echaron las manos a la cabeza "¿Córno aceptará el vestuario más especial del planeta la i...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Apareció, por fin, Emilio Cidad. Este nombre, aislado, no dice nada, pero representa la innovación más significativa impuesta por, Benito Floro en el Real Madrid; la más esperada. Su misión no es marcar goles ni evitarlos. No debe preparar tácticamente a los jugadores, ni siquiera físicamente. Su trabajo es mental, anímico. Se trata del nuevo psicólogo madridista, que ayer sometió a la plantiIla a su primera sesión.

Cuando Floro anunció su intención de incluir a un psicólogo en el equipo, muchos se echaron las manos a la cabeza "¿Córno aceptará el vestuario más especial del planeta la intromisión de un tipo así?", clamaron algunas voces. 'Los futbolistas aguardaban escépticosUn ligero tufillo a cachondeo adornaba ayer la ciudad deportiva cuando éstos se disponían a reunirse con Cidad. Por las palabras de éste, sin embargo, los clientes -"nunca pacientes"- se tomaron en serio su primera charla: "Su predisposición a colaborar no es buena; es óptima". Esta tesis la confirmó Butragueño: "No me parece mal su incorporación Es un experto en un área importantísima".

El primer día, con todo, no dio para mucho. "Básicamente se trató de una presentación", explicó Cidad, profesor universitario en la materia, que no descarta prestar sus servicios al entrenador o al mismo presidente, Ramón Mendoza, si se lo sugieren en momentos de fuerte presión.

El psicólogo dijo que sus objetivos son inculcar a sus clientes "habilidades de autocontrol de concentración, de relajación, de puesta a punto y de interacción con los compañeros". En definitiva, formarles "un patrón de respuesta que les automatice". Su única duda es saber quién decidirá cuándo un jugador debe ser entrenado -"no tratado"- por él. Cidad es consciente de que en el fútbol los estados anínimicos dependen de que el balón entre o no en la portería contraria. "Ya lo sé", dijo, "pero me resisto a que sea la única meta de los jugadores". Asimismo, aseguró que ese fin primordial no le hará usar sus conocimientos para destruir mentalmente al rival: "Eso sería terrorismo psicológico y mi deontología profesional me lo impide".

Archivado En