Un caza F-1 se estrella al intentar aterrizar en la base de Los Llanos

Un caza Mirage F-1 del Ejército del Aire se precipitó contra el suelo a las 12.15 del mediodía de ayer, a diez kilómetros al sur de la base aérea de Los Llanos (Albacete), cuando iniciaba la maniobra de aterrizaje, tras realizar un vuelo de entrenamiento.El piloto, capitán Carlos Ysasi-Ysasmendi Krawel, que logró saltar en paracaídas antes de que se estrellara el avión, sólo sufrió lesiones en un pie de pronóstico menos grave, según informaron fuentes del Ministerio de Defensa. Dichas fuentes señalaron que el avión sufrió una parada de motor, lo que hizo que se precipitara al suelo.

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Un caza Mirage F-1 del Ejército del Aire se precipitó contra el suelo a las 12.15 del mediodía de ayer, a diez kilómetros al sur de la base aérea de Los Llanos (Albacete), cuando iniciaba la maniobra de aterrizaje, tras realizar un vuelo de entrenamiento.El piloto, capitán Carlos Ysasi-Ysasmendi Krawel, que logró saltar en paracaídas antes de que se estrellara el avión, sólo sufrió lesiones en un pie de pronóstico menos grave, según informaron fuentes del Ministerio de Defensa. Dichas fuentes señalaron que el avión sufrió una parada de motor, lo que hizo que se precipitara al suelo.

Una posterior investigación, iniciada por el Ejército del Aire, intentará determinar la causa de la avería. No hubo que lamentar daños personales ni materiales, ya que cayó en una zona donde no hay fincas ni viviendas.

18 aviones perdidos

Los Mirage F-1 tienen un solo motor, lo que les hace más vulnerables a este tipo de accidentes. Con el que se produjo ayer, el Ejército del Aire ha perdido ya 18 aparatos de este modelo, la cuarta parte de los que compró en la década de los setenta a la casa francesa Marcel Dassault.

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El último accidente de un F-1 se produjo el 30 de enero de este año, cuando un aparato se precipitó al mar, en las proximidades de la isla de Gran Canaria, también tras una parada de motor. En 1991 se perdió un avión; en 1990, dos; y en 1989, otros dos.

Los F-1, desplegados en las bases de Los Llanos (Albacete) y Gando (Gran Canaria) constituyen la espina dorsal de la Fuerza Aérea española, al menos hasta que estén plenamente operativos, los F-18 comprados a EE UU. También está previsto desplegarlos en Manises (Valencia), para reemplazar a los Mirage III que causan baja.

Estaba previsto que estos aparatos fueran sustituidos, a finales de la presente década, por el nuevo avión de combate europeo (EFA), pero la incertidumbre que rodea el proyecto, del que acaba de retirarse Alemania, obligará a aplazar su relevo y a prolongar su vida operativa hasta entrado el nuevo siglo.

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