Cartas al director

Realmente humanos

"Realmente humanos", como cuando yo me divorcié, más o menos, así son los príncipes de Gales. Él, metido en el mundillo de la arquitectura, olvidándose de los sagrados deberes maritales. Y ella, pobrecita, mustia, que es que ni le salen los colores a sus reales mejillas, aguantando el tipo -porque no le queda otro remedio- ante todas las murmuraciones, cachondeos y demás florituras, cuyo principal epicentro se encuentra en el mismísimo Buckhingam Palace.-...

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"Realmente humanos", como cuando yo me divorcié, más o menos, así son los príncipes de Gales. Él, metido en el mundillo de la arquitectura, olvidándose de los sagrados deberes maritales. Y ella, pobrecita, mustia, que es que ni le salen los colores a sus reales mejillas, aguantando el tipo -porque no le queda otro remedio- ante todas las murmuraciones, cachondeos y demás florituras, cuyo principal epicentro se encuentra en el mismísimo Buckhingam Palace.-

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