Cartas al director

La dualidad de IU

La última asamblea general de Izquierda Unida nos tiene que hacer reflexionar a todos. Las tesis sobre la suprema incertidumbre en el pensamiento filosófico y político que embarga a nuestra civilización han hecho mella también en la organización que lidera Julio Anguita, así como en los últimos reductos de lo que podríamos denominar como marxismo ortodoxo. Las corrientes de pensamiento basadas en el fatalismo y la eterna dualidad han sido asumidas -parece que inevitablemente- por dicha organización de izquierdas. Y es desde esta conclusión donde hay que preguntarse: ¿por qué se ha seguido insi...

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La última asamblea general de Izquierda Unida nos tiene que hacer reflexionar a todos. Las tesis sobre la suprema incertidumbre en el pensamiento filosófico y político que embarga a nuestra civilización han hecho mella también en la organización que lidera Julio Anguita, así como en los últimos reductos de lo que podríamos denominar como marxismo ortodoxo. Las corrientes de pensamiento basadas en el fatalismo y la eterna dualidad han sido asumidas -parece que inevitablemente- por dicha organización de izquierdas. Y es desde esta conclusión donde hay que preguntarse: ¿por qué se ha seguido insistiendo sobre inconmovibles posiciones de una supuesta pureza ideológica (rechazo a los acuerdos de Maastricht, por ejemplo) si éstas no pueden tener éxito ni siquiera en el propio grupo parlamentario que, en la práctica, está regido de una forma bicéfala -¿Sartorius, renovador; Anguita, ortodoxo?¿No habrán partido el corazón a sus votantes (60% y 40%) debido, precisamente, a esa confusión entre pluralismo e ineficacia política, la cual llevaría aparejada una antidemocrática deslegitimación de la última asamblea general? El problema, como se puede observar, no es baladí.-

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