El timo del hermafrodita embarazado

El filipino que aseguró estar 'encinta' de seis meses es un hombre con todos sus atributos

Edwin Bayron -alias Carla- dispone de las glándulas de Cowper necesarias y de los cuerpos cavernosos erectiles imprescindibles para responder con diligencia a los apremios de su novio: un guapetón miliciano de los regimientos anticomunistas de Filipinas. Edwin, enfermero de 32 años que declaró un embarazo de seis meses, ha sido dotado por la madre naturaleza de un miembro viril con especificaciones y circunferencia balanoprepucial reglamentarias, según los datos aportados ayer por una enfermera del hospital de Malaybalay una población de la isla de Mindanao situada 800 kilómetros al...

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Edwin Bayron -alias Carla- dispone de las glándulas de Cowper necesarias y de los cuerpos cavernosos erectiles imprescindibles para responder con diligencia a los apremios de su novio: un guapetón miliciano de los regimientos anticomunistas de Filipinas. Edwin, enfermero de 32 años que declaró un embarazo de seis meses, ha sido dotado por la madre naturaleza de un miembro viril con especificaciones y circunferencia balanoprepucial reglamentarias, según los datos aportados ayer por una enfermera del hospital de Malaybalay una población de la isla de Mindanao situada 800 kilómetros al sur de Manila.

"Es una pena que [Bayron] nos haya tomado el pelo la todos", declaró ayer al periódico Star la doctora Clarita Pagao que practicó el examen ginecológico al presunto hermafrodita filipino, cuyas pamemas al anunciar su próxima maternidad confundieron a los periodistas e incluso al secretario de Salud, Antonio Periquet. "¡Es un niño!", informó Carlo-Carla hace dos semanas. "¡Siento sus patadas!". Uno de los reporteros presentes acarició entonces la barriga de Edwin Bayron, que presentaba una hinchazón similar a la ingestión de tres pintas de cerveza, y confirmó el entrañable aserto con solemnidad. "Es cierto, yo también las siento". Periquet tranquilizó entonces a todos: "Vamos a seguir con atención la evolución no sólo de la madre, sino también del niño".

Carla, cuyo cagoncillo nonato ha sido puesto en entredicho por un informe médico que certifica pene y escroto con testículos, pero niega la existencia de una vagina, había pedido el cambio de identidad en el Registro Civil para poder contraer matrimonio con el militar que, con arrobo, declaró ser padre de la criatura. De paso, pidió la baja laboral como gestante. Anastasio Rosos, un abogado del Departamento de Justicia que asesoraba a Edwin Bayron, reconoció que la equivocación respectó a su cliente ha sido generalizada. Crecen las sospechas en Manila, a la espera de que Carla publique su propia versión de los hechos, de que se asiste a una farsa urdida por la pareja y algún cómplice para cobrar una exclusiva periodística por el embarazo y parto. Bayron confesó a un periodista local que no podía efectuar prolijas declaraciones, pues tiene firmado un contrato con un tabloide europeo y espera otros desembolsos por comparecencias televisivas.

Teresita Damasco, una médica de la población natal de Carla, había declarado a Edwin Bayron "un verdadero hermafrodita" a ojo, dando como bueno el testimonio del interesado, pero sin proceder al preceptivo análisis profesional. A esta validación médica siguieron otras, y se dio crédito a inexistentes ecografías e imaginarios planes de futuro con el particular primogénito. La enfermera que refirió con lujo de detalles las delatoras característicasfisicas del hombre que ahora aparece como farsante subrayó que el engaño fue posible, en parte, dada la habilidad gimnástica de Carlo. Este escondió los atributos no deseados entre las piernas y magistralmente se manifestó como mujer, su verdadera vocación. Un juez ordenó hace dos días que se abriera una investigación, y todo quedó ayer al descubierto.

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