Entrevista:

"Cuestionarse ahora la supervivencia del PCE es atentar contra la democracia"

Izquierda Unida comienza mañana, viernes, su III Asamblea Federal, en la que se juega su futuro tras un largo periodo de conflicto interno. La coalición llega a la asamblea en la mayor fractura de sus seis años de historia, como demuestra que concurran dos listas con dos proyectos alternativos. El secretario general del PCE y dimitido coordinador de la coalición, Julio Anguita, parte con el apoyo mayoritario de los delegados frente al sector renovador, que pretende hacer de IU un partido único. Anguita asume en esta entrevista que Izquierda Unida ha transmitido a la sociedad una imagen de conf...

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Izquierda Unida comienza mañana, viernes, su III Asamblea Federal, en la que se juega su futuro tras un largo periodo de conflicto interno. La coalición llega a la asamblea en la mayor fractura de sus seis años de historia, como demuestra que concurran dos listas con dos proyectos alternativos. El secretario general del PCE y dimitido coordinador de la coalición, Julio Anguita, parte con el apoyo mayoritario de los delegados frente al sector renovador, que pretende hacer de IU un partido único. Anguita asume en esta entrevista que Izquierda Unida ha transmitido a la sociedad una imagen de confusión y reconoce que no esperaba tener tantas resistencias al proyecto.

Pregunta: Estamos en vísperas de la III Asamblea de IU y da la sensación de que lo que iba a ser un proyecto innovador de la izquierda se está convirtiendo en un hotel de los líos que transmite una imagen de confusión y no de creación de ideas.Respuesta: Es cierto, porque incluso todo lo que hay elaborado a nivel programático, que es mucho, está ahí como metido en un cajón. Lo que pasa es que es normal, es la lucha entre lo viejo y lo nuevo. Yo sabía que el proyecto iba a tener dificultades, pero no esperaba tantas. Cada vez que subimos, comienza la discusión: adónde vamos, qué somos. Y es que estamos inmersos en el debate de la izquierda europea y la tentación inercial es muy fuerte. El proyecto en sí, desde luego, no se parece en nada a lo que es un partido político, ni tiene referencias familiares con ningún otro proyecto político. Y existen las tendencias inerciales de someter el proyecto de Izquierda Unida a la homologación dentro del status. Ése es el problema de fondo. Supongo que el domingo [día que concluye la III Asamblea] esto se clarificará. Yo ya no puedo aportar más de lo que aporto, y mis compañeros igual. Espero que termine bien, y que termine bien significa que termine con serenidad, y que nos dejemos de historias. IU es lo que es y no puede estar perpetuamente cuestionándose su esencia por lo que hay alrededor.

P: Usted dice que cada vez que sube IU se arma la marimorena y que lo que otros quieren es normalizar el proyecto. Pero ¿cree que hay alguna posibilidad de que Izquierda Unida sea una propuesta diferente a lo que se está haciendo en Europa?

R: Por qué no. Hemos defendido, y yo el primero, que tenemos que tener relación con la socialdemocracia y, en aspectos programáticos, con fuerzas que se reclaman comunistas. Cuando la idea de IU se desarrolla, a na die se engaña y no quería la ho mologación. Y se había llegado a aquella conclusión en el año 84 nada menos que antes que Gorbachov venga a la política. Yo me tengo que resistir a que ahora se planteen cosas novedosas cuando el discurso nuevo estaba ya hecho de antemano.

P: No se niega la producción teórica de la coalición, pero ha convivido con un debate muy hosco sobre qué es Izquierda Unida, que ha durado los últimos años, y se ha proyectado a la sociedad una imagen de lucha personal por el poder.

R: Simplemente, constato que esa imagen se ha proyectado y punto; ya no me tengo que atormentar. Mi obligación es decir que cuando en 1990 aprobamos [en la II Asamblea federal] un marco teórico lo aprobamos todos. Yo me tengo por persona seria, y no estoy imputando a los demás que no lo sean, y me creo que lo que aprobamos va a misa hasta que no se apruebe lo contrario. Sé lo que pasa, que escoger este camino de creación es un camino duro y difícil y hay que hacer como Ulises: ponerse cera para no escuchar las sirenas.

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P: Pero esas sirenas son también internas.

R: Sean internas o externas yo hablo del proyecto. También hay sirenas externas que operan sobre las internas.

P: Usted aludió recientemente, de forma más o menos velada, a una sintonía entre el llamado sector renovador de IU y el PSOE, alusión en la que parece insistir ahora.

R: Sí, pero no una alusión grosera. Nunca le he imputado a ningún compañero que, se vaya al PSOE, por dos razones: primero, porque no me coloco en el lugar de Dios de atribuir intenciones. Y en segundo lugar, porque creo que no es la intención de ninguno de los compañeros. El problema son las posiciones en política y cuando uno dice 'tenemos que crecer a costa del PSOE y tenemos que situarnos a su izquierda'. Nuestro proyecto lo que tiene que hacer es girar en busca de su campo específico. En el momento en que nos desviemos de ese eje, colocándonos incluso a la izquierda del PSOE y en política de oposición al Gobierno, al final entramos en su propio campo.

P: Hablaba antes de lo nuevo y lo viejo. ¿No cree que lo viejo es el debate sobre la supervivencia del PCE?

R: Ese debate ha muerto. Los comunistas, democráticamente convocados en congreso, en uso de las libertades y los derechos fundamentales del ser humano han decidido como colectivo que siguen. Y cuestionarse eso es atentar contra la democracia. Por tanto, cuando el congreso del PCE ha hablado, punto. Ya no contesto a ese tema. De verdad, punto. Ha hablado un congreso, en el ejercicio de un derecho fundamental e inalienable de la democracia y punto. Se acabó hasta el 14º Congreso. Ésa es la posición de defensa apasionada, no del PCE, sino del concepto de democracia.

¿Por qué esa obsesión? Hay un desarrollo político de IU. Que Felipe González diga que no hay nada a la izquierda de la socialdemocracia, bueno pues que diga lo que quiera. Ése es su problema, porque Felipe González ya no es ni socialdemócrata. Ya lo he dicho estos días con rotundidad: Es que ya no se puede hacer carrera de este hombre.

Por eso surgió Izquierda Unida. Aquí hay que construir un proyecto nuevo. No se puede hacer con el PCE exclusivamente, con el Pasoc exclusivamente, con los ecologistas. Es un camino largo. A nadie se le engañó.

P: IU, que tenía que haber llevado un debate alternativo a la calle, se ha visto ahogada por las querellas internas. Hay una cuota importante de crítica que le corresponde a IU.

R: No. Le corresponde a quien sea de Izquierda Unida. Voy a ser claro. Yo llevo cuatro meses que nadie me ha escuchado insultar a un compañero. No difuminemos la responsabilidad. Yo soy el gran mudo en esta cuestión. Y por tanto, efectivamente, es lamentable que esto haya ocurrido.

P: ¿Con eso se refiere, por ejemplo, a destacados dirigentes de la coalición, como Pablo Castéllano, que han dicho que se sentían "engañados" por usted?

R: Yo no me refiero a nadie. Yo lo único que quiero decir es que en cuatro meses no me he metido con nadie. Punto.

P: ¿Espera un debate sereno en esta III Asamblea?

R: Yo lo que sí puedo garantizar es que alguien va a ir sereno. El menda. Y sus compañeros. Vamos a ir serenísimos. Eso sí lo puedo garantizar. Supongo que los demás también, pero los demás no puedo garantizarlo.

P: ¿Qué va a suponer la asamblea y qué va a pasar si, como apuntan los pronósticos, gana Julio Anguita?

R: Julio Anguita no gana.

P: La lista que encabeza Julio Anguita.

R: Sí, la lista que encabeza, pero va seguida de...

P: ¿Se va a integrar a la lista del otro sector?R: Un momento, es que las cosas están muy claras. Yo he dicho ya que toda la dirección será plural ...

P: ... pero unida en un único proyecto, añadía a continuación.

R: No, no, que va. Yo esto del lenguaje lo cuido mucho. En el momento en que hay dos listas, están representadas en la dirección. Una más y otra menos. Dernocracia plena. Y eso de que vamos a arrasar... Vamos todos a responder a lo que diga esa asamblea y todos nos someteremos a ella. Y saldrán la mayoría y la minoría que tengan que salir.

P: ¿Y hay garantías de que tras la asamblea IU pueda ser el proyecto que lance debates a la calle, y no el hotel de los líos?

R: Yo la única garantía que puedo dar es que por nuestra parte, sí. Vamos con esa disposición. Es la única garantía que doy. Doy garantías de nuestra predisposición. De eso sí, notarialmente doy garantías. Ahora, veremos qué pasa.

P: ¿Se ve de nuevo de coordinador general de la coalición?

R: Parece ser.

P: Se le va a acusar de haberse ido para volver aclamado.

R: Dije una vez que me fui porque se conculcó la legalidad de IU. Y cojo los documentos. Aquí está la legalidad. Yo soy muy antiguo en eso, creo los documentos que se han aprobado, saco mi documento y digo, esto fue lo que aprobamos y ésta es la legalidad de IU. Y a partir de ahí, yo consideré que se había vulnerado y dimití. Y se formó revuelo, pero después no me he dedicado a pinchar a nadie.

P: ¿No va a quedar usted como el último resistente?

R: En la pregunta, y no se lo imputo a quien me lo pregunta, hay una evaluación negativa hacia lo resistente. Primero, yo no me considero un resistente numantino, me considero un avanzado y moderno. La resistencia en determinados momentos es una condición sine qua non para el avance posterior. A partir de eso vamos a evaluar si esa resistencia es manteniendo posiciones conservadoras o es manteniendo principios. Y yo en la cuestión de principios, francamente, no transijo. Pero yo no veo mal la palabra resistente. Que me resisto a asumir el sistema capitalista, sí. Soy un resistente con una R mayúscula de siete metros. Pero no me quiero encerrar en resistir. La cultura de la resistencia ha sedimentado un principio para mí inviolable: hay límites que la izquierda no puede traspasar.

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