Un clásico necesitado de palabras mayores

EI Joventut y el Real Madrid no se han distinguido por la dureza de sus choques. Pero su camino hacia la final hace prever mayor intensidad.

Poco drama. Los duelos Madrid-Joventut han resultado ser poco dramáticos en los últimos tiempos. Es un choque clásico, es cierto, pero exento de palabras mayores. En la comparación siempre sale malparado el equipo de Badalona, que acostumbra a superar al Madrid sólo cuando la diferencia a su favor es abrumadora. Baste decir que era el rival que deseaban los madridistas para una final. Añádase que al Madrid le encanta jugar en Badalona. No es...

EI Joventut y el Real Madrid no se han distinguido por la dureza de sus choques. Pero su camino hacia la final hace prever mayor intensidad.

Poco drama. Los duelos Madrid-Joventut han resultado ser poco dramáticos en los últimos tiempos. Es un choque clásico, es cierto, pero exento de palabras mayores. En la comparación siempre sale malparado el equipo de Badalona, que acostumbra a superar al Madrid sólo cuando la diferencia a su favor es abrumadora. Baste decir que era el rival que deseaban los madridistas para una final. Añádase que al Madrid le encanta jugar en Badalona. No es tarde para que ambos equipos le echaran algunos grados más a sus enfrentamientos.

¿Quién decide? Las estadísticas apuntan sin rubor a las respectivas parejas de americanos. Thompson y Smith suman 31 tantos de promedio (15 y 16 respectivamente), mientras que el dúo Simpson-Brown suma 37 (20,3 y 16,7). Los españoles han bajado su aportación en lo que va de la primera fase a la fase final. Villacampa no es el mismo, Biriukov tampoco. Si hubiera que buscar hombres decisivos, los números disparan sobre Simpson: 54% en triples y 64% en tiros de 2. Sí hubiera que destacar una sorpresa, échese un vistazo sobre Mike Smith, máximo reboteador en esta fase final.

Parte de bajas. Han jugado el mismo número de partidos, siete, en tres semanas. El Joventut tiene renqueantes a Smith y a Thompson, que puede terminar cayendo. si la serie se prolonga. Los problemas del Madrid se limitan a Martín, Romay y Simpson. Ninguno de ellos podrá recuperarse; deberán actuar en precario.