Descarrila un AVE en el cambio de vías de una estación en Madrid

Un fallo en el cambio de agujas sucedido mientras un tren AVE era trasladado del andén 2 al 4 en el taller de mantenimiento de Cerro Negro (estación de Abroñigal) de Madrid provocó en la madrugada de ayer el descarrilamiento del segundo vagón del tren. El vagón afectado fue repuesto en su vía mediante gatos hidráulicos. La avería mantuvo bloqueada la salida de otros trenes durante tres horas.

G. M., el encargado del mantenimiento de los trenes AVE en la estación de Cerro Negro de Madrid, sólo pudo- dormir ayer tres horas. Había abandonado los talleres a las dos de la madrugada. La culpa...

Un fallo en el cambio de agujas sucedido mientras un tren AVE era trasladado del andén 2 al 4 en el taller de mantenimiento de Cerro Negro (estación de Abroñigal) de Madrid provocó en la madrugada de ayer el descarrilamiento del segundo vagón del tren. El vagón afectado fue repuesto en su vía mediante gatos hidráulicos. La avería mantuvo bloqueada la salida de otros trenes durante tres horas.

G. M., el encargado del mantenimiento de los trenes AVE en la estación de Cerro Negro de Madrid, sólo pudo- dormir ayer tres horas. Había abandonado los talleres a las dos de la madrugada. La culpa dé que su jornada laboral se prolongara hasta esa hora se debió al primer fallo atribuible al AVE de los cinco en los que se ha visto involucrado desde que entró en servicio el 21 de abril, un día después de la inauguración de la Expo de Sevilla.El tren número 4, que había salido de la estación de Santa Justa (Sevilla) el miércoles 6, a las 8 de la mañana, cuya llegada a Madrid estaba, prevista a las 10.55, llegó, con 19 minutos de retraso. Un fallo en la tracción de la máquina hizo que el tren se detuviera apenas 13 minutos después de abandonar la estación sevillana.

Ese fallo y la presencia en Madrid de los ejecutivos de la empresa que fabrica los trenes de alta velocidad en La Rochelle (Francia) tuvieron la culpa- de que G. M. fuera tan tarde a dormir. Sin tiempo apenas para fundirse con el sueño, G. M. fue despertado por una llamada telefónica urgente.

Eran las cinco de la mañana. Le comunicaban que se había producido otra avería en el AVE exigían su presencia inmediata en los talleres que Renfe ha, instalado en Cerro Negro para el mantenimiento y limpieza diaria de los AVE. Afortunadamente, a esa hora era dificil que se produjera una tragedia porque los trenes circulan sin pasajeros, pero la avería era insólita. Buster Keaton, Charles Chaplin, Stan Laurel y Oliver úardy la han recreado infinidad dé ocasiones en sus películas con trenes. Se trata ni más ni menos que un cambio de sentido de las agujas de las vías en el momento justo en que un tren circula sobre ellas.

A escasa velocidad

A las cinco de la mañana dé ayer un AVE situado en el segundo andén de Cerro Negro era movilizado fuera del taller en dirección a Atocha para proceder a su revisión en la vía la calificada como zona muerta (sin electricidad). En el momento en que el AVE retrocedía a la estación y la locomotora, junto a las cuatro primeras ruedas del vagón de cabecera, se situaban en la vía la un fallo -cuyo origen se investiga en estos momentos- cambia el sentido de las agujas de las vías. Este cambio situó al vagón en dos vías diferentes; las ruedas de cabecera seguían a la locomotora por la vía 4ª mientras las de atrás se desplazaban en otra dirección.El tren se movía entonces a menos de cinco kilómetros por hora. Esta velocidad impidió que el furgón de cola descarrilara en su totalidad. La posición correcta del tren pudo restablecerse a las tres horas, gracias al auxilio de cuatro camiones grua. Estos vehículos, de mediolonelaje, situaron gatos hidráulicos bajo el vagón afectado y colocaron las ruedas (bogies) de atrás en la misma vía que las de delante. A continuación pasó sin ningún, problema el resto de tren.

A media mañana de ayer técnicos de Ateinsa-Alstho (empresa fabricante del AVE) revisaban los bogies afectados y preparaban otros de repuesto en la estación de La Sagra (Toledo) a donde el AVE iba a dirigirse por sus propios medios.