Cartas al director

'Demencia', gamberrismo, 'hooligans'

El pasado día 9, mi mujer dejó aparcado el coche, por la mañana, en la puerta de la calle de Serrano del instituto Ramiro de Maeztu. Al recogerlo por la tarde tenía el capó delantero y trasero, así como el techo, hundidos y golpeados, de haberse subido de pie sobre el coche durante la celebración de la victoria del Estudiantes en la Copa del Rey de Baloncesto. Teniendo el coche asegurado a terceros, me veo obligado a correr con los gastos de reparación de la carrocería para recuperar su aspecto normal.Siendo la demencia una hinchada básicamente extraída del ambiente escolar, resulta pre...

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El pasado día 9, mi mujer dejó aparcado el coche, por la mañana, en la puerta de la calle de Serrano del instituto Ramiro de Maeztu. Al recogerlo por la tarde tenía el capó delantero y trasero, así como el techo, hundidos y golpeados, de haberse subido de pie sobre el coche durante la celebración de la victoria del Estudiantes en la Copa del Rey de Baloncesto. Teniendo el coche asegurado a terceros, me veo obligado a correr con los gastos de reparación de la carrocería para recuperar su aspecto normal.Siendo la demencia una hinchada básicamente extraída del ambiente escolar, resulta preocupante que la educación que nuestra sociedad da a los niños y jóvenes no sea suficiente para que adquieran el respeto por los bienes ajenos, ya sean éstos públicos o privados, demostrando ser incapaces de autocontrolarse cuando se encuentran en masa. El respeto es la base dé todas las formas de convivencia, y si no hay respeto por las cosas, ¿qué podemos esperar en el terreno de las ideas?

También resulta preocupante que las autoridades locales, teniendo conocimiento de que se va a producir una concentración popular en un punto determinado de la ciudad, no pongan los medios para garantizar el correcto desarrollo de la misma.

El paso de los coros de frases ocurrentes al gamberrismo en las calles, y de ahí al típico comportamiento hooligan, es seguramente mucho más fácil de lo que parece.

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Quienes puedan pensar que me falta comprensión con la alegría del triunfo se equivocan. Tengo dos hijos en el instituto Ramiro de Maeztu, de los que uno juega con los alevines del Estudiantes, y en nuestra casa hemos vivido con alegría y emoción el triunfo de nuestro equipo en la Copa.

Pero una cosa es la alegría, y otra bien distinta es el desprecio hacia lo ajeno.-

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