COMPETICIONES EUROPEAS DE FÚTBOL

Stoichkoy rompió el partido del Camp Nou

Un jugador valiente, quizá el más atrevido del grupo, Hristo Stoichkov, rompió el partido del miedo, y puso a su equipo rumbo a Wembley con una goleada.El santuario del fútbol, la única catedral del mundo que puede redimir a cualquiera cristiano del peor de los pecados -Sevilla, por ejemplo-, está a la vuelta de la esquina para el colectivo azulgrana. Le falta un punto en dos partidos para llegar a Londres, un guarismo ridículo si se tiene en cuenta que el Barça suma siete en cuatro confrontaciones. No hay lugar, consecuentemente, para el temor. Quizá se impone, eso sí, cierta prudencia.
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Un jugador valiente, quizá el más atrevido del grupo, Hristo Stoichkov, rompió el partido del miedo, y puso a su equipo rumbo a Wembley con una goleada.El santuario del fútbol, la única catedral del mundo que puede redimir a cualquiera cristiano del peor de los pecados -Sevilla, por ejemplo-, está a la vuelta de la esquina para el colectivo azulgrana. Le falta un punto en dos partidos para llegar a Londres, un guarismo ridículo si se tiene en cuenta que el Barça suma siete en cuatro confrontaciones. No hay lugar, consecuentemente, para el temor. Quizá se impone, eso sí, cierta prudencia.

El jefe del Camp Nou presentó el partido como una vigilia de una final europea cuando el Dinamo, al fin y al cabo, tenía un rostro parecido al del Sevilla, el Sporting o incluso el Oviedo, equipos que pusieron al descubierto las carencias azulgranas en el Camp Nou.

La necesidad de ganar se convirtió sin embargo en tal obsesión que el Barcelona saltó al estadio con una vocación suicida que no reparó hasta bien entrado el primer tiempo. Luego, reorganizado el equipo tras el descanso, Stoichkov decidió, provocando primero la expulsión de Moroz -el Dinamo desapareció del campo desde el momento en que se quedó con un jugador menos- y posteriormente marcando los dos primeros goles. Julio Salinas acabaría redondeando la noche con un tercer tanto, un premio a una tarea digna de elogio, reconocida por la afición.

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