LOS DOS GRANDES, ANTE UN CHOQUE DEFINITIVO

El ataque contra la defensa

Nadie es capaz de asegurar cuál será la alineación que presentará Cruyff. Sin embargo, todos saben cómo jugará el equipo. El manual del holandés no admite dudas: exige al jugador una buena posición para darle al balón el ritmo suficiente para mover al contrario hasta dormirle, descolocarle y matarle.Cruyff sólo hace una concesión al rival: igualar el número de sus defensas con el de los delanteros adversarios. Un recurso que tiende a conseguir que los peores de su equipo anulen a los mejores del rival para que decidan los que son buenos de verdad. Nando y Juan Carlos son l...

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Nadie es capaz de asegurar cuál será la alineación que presentará Cruyff. Sin embargo, todos saben cómo jugará el equipo. El manual del holandés no admite dudas: exige al jugador una buena posición para darle al balón el ritmo suficiente para mover al contrario hasta dormirle, descolocarle y matarle.Cruyff sólo hace una concesión al rival: igualar el número de sus defensas con el de los delanteros adversarios. Un recurso que tiende a conseguir que los peores de su equipo anulen a los mejores del rival para que decidan los que son buenos de verdad. Nando y Juan Carlos son los peores y los que juegan otro partido, Zubizarreta al margen. El encuentro de verdad lo disputan los demás: Koeman, Eusebio, Guardiola, Bakero, Amor, Laudrup, Stoichkov y Begiristain -posible alineación- El problema del Barça es que, pese a la polivalencia y dinamismo, nació para atacar y, consecuentemente, no sabe defenderse, le cuesta remontar resultados adversos y no presta atención a las jugadas de balón parado porque no sabe qué hacer cuando no tiene el cuero. Toda su estrategia está escrita en la pizarra. Juega de memoria.

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Para romper el rondo azulgrana no hay otro antídoto que el de reducir espacios y saltarse la línea de centrocampistas. Pónganle un equipo inglés enfrente y el Barcelona sufrirá. Beenhakker entrena por si acaso el fuera de juego y los golpes francos. El madridista siempre mostró capacidad para afrontar los duelos propuestos por Cruyff. Pero hoy tiene dudas. La referencia parece ser el partido de Mestalla: Buyo; Chendo y Rocha como marcadores y Sanchis de libre; Villarroya y Lasa en las bandas, con Hierro de tapón, Míchel de ala derecha y Hagi a su aire; Llorente de enlace y Butragueño como punta. El esquema presenta un problema: amante como ha sido siempre el Madrid del pase corto y del apoyo, ahora busca los balones largos porque no hay quien imponga un criterio colectivo ni tenga una buena posición en la divisoria para arrastrar a los demás. Cruyff teme a Butragueño... pero no a un Madrid indefinido.

Nunca el Real jugó tan pendiente del rival, táctica que también le dio sus frutos al Barcelona cuando se plegaba a la regularidad del Madrid y se conformaba con pelear en los unos contra uno. Los papeles se han intercambiado. El Madrid habla sólo de defensa y el Barcelona sólo de ataque.

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