Sentencias que quitan el sueño

La sobrecarga de trabajo obliga a algunos jueces de lo penal a pasar noches enteras redactando sus resoluciones

La Administración de justicia sigue sufriendo de colapso permanente. En los 44 juzgados de primera instancia de Madrid se tramitan causas que no serán juzgadas hasta pasados varios años. Incluso los 27 nuevos juzgados de lo penal, que funcionan desde hace dos años, están notando los efectos de la saturación. Algunos jueces, para poner al día los asuntos, se están quedando noches enteras en sus despachos.

El promedio de causas que tiene pendientes ahora cada juzgado de primera instancia se sitúa en torno a las 1.400, según fuentes judiciales, y la creación de 13 nuevos juzgados de este t...

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La Administración de justicia sigue sufriendo de colapso permanente. En los 44 juzgados de primera instancia de Madrid se tramitan causas que no serán juzgadas hasta pasados varios años. Incluso los 27 nuevos juzgados de lo penal, que funcionan desde hace dos años, están notando los efectos de la saturación. Algunos jueces, para poner al día los asuntos, se están quedando noches enteras en sus despachos.

El promedio de causas que tiene pendientes ahora cada juzgado de primera instancia se sitúa en torno a las 1.400, según fuentes judiciales, y la creación de 13 nuevos juzgados de este tipo, cuya inauguración estaba prevista para el pasado lunes, en un edificio de la calle de María Molina, "sólo supondrá un ligero alivio", según los citados medios.El Consejo General del Poder Judicial fija entre 800 y 1.000 el número de asuntos que deben entrar como máximo cada año en un juzgado de primera instancia. Sin embargo, en 1991 casi todos los juzgados atendieron más de 1.500.

La junta de jueces de primera instancia acordó el año pasado no admitir más de 1.000 procedimientos; sin embargo, el Tribunal Superior de Justicia invalidó ese acuerdo.

Similares problemas sufren los nuevos juzgados de lo penal de la plaza de Castilla. La saturación, en parte motivada por las continuas ausencias de magistrados -bien por maternidad, o bien por traslados-, está provocando "un gran estrés", y, según coinciden en señalar varios magistrados veteranos, "un deterioro en la calidad de las sentencias".

"Para meter a un señor seis años en la cárcel, hay que fundamentar y razonar debidamente la sentencia; algo,que con el actual volumen de trabajo resulta difícil", agregan. Lo lógico es que un juez ponga al año entre 300 y 500 sentencias; todo lo que exceda de ahí va en detrimiento de la calidad del fallo. En 1991, siete de estos 27 juzgados se quedaron sin titular -y, por tanto, no celebraron juicios- durante periodos de hasta cuatro meses. Los jueces en activo acordaron no suplir a los juzgados vacantes, con excepción de las causas urgentes.

A pesar de las frecuentes bajas, los 27 juzgados dictaron el año pasado alrededor de 12.100 sentencias, unas 2.000 más que en 1988.

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Este año ya hay tres juzgados de lo penal sin titular: el número 18 (que lleva inactivo prácticamente cuatro meses); el 2, vacante por traslado del juez, y el número 9, cuya titular está de baja por enfermedad.

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