El gran madrugón

La hora punta y los atascos se adelantaron a las seis de la mañana, por las huelgas de la EMT y el Metro

Cientos de miles de trabajadores se dieron ayer el gran madrugón. Aprendida la lección de la mañana anterior, salieron de sus casas incluso con hora y media de adelanto, para cumplir puntualmente su jornada laboral y no sufrir la recuperación de horas en días posteriores. Los embotellamientos se anticiparon así a las seis de la mañana, cuando aún estaban prendidas las farolas. A esas primeras horas en las que el metro estaba paralizado, los autobuses interurbanos -autorizados desde ayer a internarse en la capital- quedaron atrapados en el tráfico. También antes de lo habitual, hacia las 9.30, ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Cientos de miles de trabajadores se dieron ayer el gran madrugón. Aprendida la lección de la mañana anterior, salieron de sus casas incluso con hora y media de adelanto, para cumplir puntualmente su jornada laboral y no sufrir la recuperación de horas en días posteriores. Los embotellamientos se anticiparon así a las seis de la mañana, cuando aún estaban prendidas las farolas. A esas primeras horas en las que el metro estaba paralizado, los autobuses interurbanos -autorizados desde ayer a internarse en la capital- quedaron atrapados en el tráfico. También antes de lo habitual, hacia las 9.30, circular por Madrid dejaba de ser un suplicio. Pero la parálisis duró todo el día en cuanto a la búsqueda de soluciones al conflicto.

Más información

Cuatro redactores de este periódico comprobaron ayer al echarse simultáneamente a la calle a las 8.00 que ya había pasado la hora punta. Cubrieron por distintos caminos y medios la dis tancia que separa el hospital Doce de Octubre del de La Paz, una experiencia que ya efectuaron el martes 26 de noviembre. El resultado, sorprendentemente, fue muy parecido al de entonces, cuando el Metro y el autobús no estaban en huelga.El redactor que tomó el tren, transporte por el que se inclinaron 700.000 viajeros -un 50% más que en un día normal- fue el primero en llegar. El Doce de Octubre cuenta con una estación de cercanías justo detrás de los aparcamientos. Por 100 pesetas -la máquina no devuelve el cambio del billete, que cuesta 90-, el atestado tren procedente de Fuenlabrada deja a la mayor parte de los pasajeros en Atocha.

Atocha parece un estadio en día de partido. Renfe calcula que 250.000 personas pasan por Atocha a diario durante la huelga. La megafonía avisa de la salida del tren a Chamartín y centenares de viajeros se lanzan al asalto del convoy, procedente de Vicálvaro. A las 9.26 el redactor llega a Chamartín. Un taxi le deja, 12 minutos más tarde, en La Paz.

El redactor que optó por la M-30 -19 kilómetros de recorrido- tardó 52 minutos en llegar Salió a las 8.46 y alcanzó La Paz a las 9.38. El 26 de noviembre el trayecto se hizo en 55 minutos -de 8.25 a 9.20-. El tráfico de la M-30 estaba denso y difícil. El nudo sur era una trampa y un pe queño choque paralizaba la intersección con la M-40. Los pa rones eran constantes en ambos sentidos y la policía multaba a los impacientes que circulaban por los arcenes.

A las 9.00, a la altura de la avenida de Entrevías, empezó a aligerarse la autovía. Cerca del Pirulí (Torrespaña) los coches pudieron alcanzar los 80 kilómetros por hora. El nudo norte, habitualmente atascado a esas horas, se había despejado.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Lo peor, el coche

El redactor que cruzó Madrid por el centro en su coche fue, como en noviembre, el último en llegar. Tardó 69 minutos en cubrir por Delicias y La Castellana los 14 kilómetros que separan los dos hospitales (en noviembre empleó 74 minutos). El atasco no cesó hasta Cibeles. Desde esta plaza, cruzada con dificultad a las 9.33, hasta La Paz, el camino estaba expedito. Decenas de policías municipales animaban a acelerar en una Castellana sorprendentemente despejada. Los madrileños, tras el madrugón, ya habían llegado al trabajo.

Un cuarto redactor hizo este mismo recorrido una hora más tarde. Empleó sólo 39 minutos. Entre Colón y la plaza de Castilla apretó el acelerador. En sentido contrario la calzada estaba inusitadamente libre.

No obstante, ayer se produjo casi la intensidad de circulación del martes. El tráfico registró en hora punta, entre las 7.00 y las 9.30, un aumento del 14% sobre otros miércoles, 6 puntos por debajo del día anterior.

El bloqueo de las calles se trasladó a los despachos. La Empresa Municipal de Transportes (EMT) cumplió su décimo día de huelga, mientras que los paros en el Metro -de 7.00 a 9.00 y de 18.30 a 20.30 horas- llegaron a su segunda jornada. Los avances en estos conflictos fueron nulos.

José María Amar, presidente del PP, denunció ayer una política de acoso hacia el Ayuntamiento, sin dar nombres concretos. En Antena 3 afirmó: "naturalmente, privatizaría la EMT".

Barranco y las privatizaciones

Juan Barranco, portavoz del grupo municipal del PSOE,. rechazó la propuesta de la Plataforma para mediar con la EMT. El ex alcalde recordó que la resolución de los conflictos no pasa por la privatización de estos servicios. Barranco achacó la responsablidad de las huelgas al alcalde, José María Álvarez del Manzano, como presidente de la empresa municipal de transportes y del Metro. El portavoz socialista señaló que el alcalde "debe demostrar que posee una capacidad política que hasta ahora brilla por su ausencia".

El concejal de Circulación, José Antonio García Alarilla, del PP, expresó ayer la necesidad de una legislación que regule las huelgas.

Pablo Rodríguez Peña, líder de la Plataforma Sindical de la EMT, adelantó ayer, mientras una representación de los trabajadores entregaba una carta en la alcaldía, que los paros serán intermitentes desde el 29 de febrero, para cobrar parte del sueldo. Cada día de paro los trabajadores pierden 8.000 pesetas.

Entre este colectivo se empiezan a distinguir posturas. La CSI-CSIF, único sindicato con representación en el comité al margen de la Plataforma (seis miembros de 42), pedirá hoy a la EMT un referéndum entre los 7.000 trabajadores para conocer el apoyo real al conflicto. CSI-CSIF asegura contar con 2.100 afiliados, 1.870 controlados a través de nómina y unos 200 por recibo. Entre ellos hay 1. 500 conductores.

En el metro la situación no es mejor. Mañana es el último día de paros, pero éstos se reanudarán, ya durante 24 horas, entre los días 25 y 29.

La contaminación subió notablemente. Los datos oficiales toman la media de 24 horas desde las 13.00 horas, por lo que los datos de anteayer aún no reflejaban la situación de toda la jornada. Ayer, cuatro de las 21 estaciones registraron índices altos: Cuatro Caminos, Salamanca, doctor Marañón y Extremadura. Los 122 microgramos por metro cúbico de aire registrados están aún lejos de los 200 en los que se establece el nivel de alarma.

Servicios mínimos, en Madrid / 12

Archivado En